En el primer video respondieron a la pregunta «¿y por qué no»? En el segundo mostraron «el camino» para seguir a Cristo mediante una original interpretación precisamente de la canción «the way».
 
Colocar «why not priest» en Google arroja actualmente más de 54 mil resultados. Su primer vídeo fue visto, en inglés, por más de 26 mil personas (y por más de 13 mil en su edición castellana). Actualmente su portal (http://www.whynotpriest.org) es un referente en el campo de la ayuda para el discernimiento vocacional en la Iglesia católica. Y ese es su principal cometido y el servicio que ofrecen a quien desea valerse de la ayuda de un grupo de seminaristas que mediante el uso de la red quieren seguir respondiendo e impulsando la llamada de Juan Pablo II: «¡Hoy es un tiempo maravilloso para ser sacerdote!».
 
«Vocation Answers» (Respuestas a la vocación o Respuestas vocacionales) es el nuevo video que lanzan en el contexto de la Jornada Mundial de oración por las vocaciones 2011 que se celebra este mes de mayo. Por este periodo del año, además, no pocos jóvenes deciden el rumbo que tomará su vida.
 
«Vocation Answers» ofrece una secuencia de testimonios de seminaristas y algunos sacerdotes de diferentes partes del mundo. Comienzan respondiendo a cuándo comenzó su vocación. Las respuestas van desde el que ingresó desde el seminario menor hasta el que dio el paso después de un largo periodo de discernimiento, incluso después de una carrera profesional.
 

¿Momentos duros? Los comparten, los cuentan… que si la familia, que si el explicarlo a los amigos, que si el dejar «el mundo», que si el dejar a la novia…  «Todo es cosa dar el primer paso», dice uno, mientras que otro señala que «cuando se inicia un nuevo camino siempre parece difícil».
 
Rompen «tabús» y hablan de mujeres… por mejor decir, del «papel de las “novias”» antes de ingresar al seminario. Para uno fue una ayuda, a otro no le dio tiempo pues entró a los diez años y a uno más le costó dejarla pues era «buenísima y guapísima», según explica.
 
No es todo. También revelan cuáles han sido sus «piedras en el camino», sus momentos de dificultad, que no de duda. Y el broche de oro, tras una pausada secuencia de rostros, lo dan las dos interrogantes finales: una a los seminaristas y otra al que ve el video. ¿Felices? Las respuestas se resumen en la que da el sacerdote italiano: «felicísimo».
 
¿Y cuál es la otra pregunta, la que va dirigida al que visualiza el video? Convendrá ver el video. Se puede ver aquí: http://youtu.be/yIhgKadbEbo.
 
El proyecto «Whynotpriest.org» surge como respuesta de un grupo de seminaristas católicos. En el portal http://www.whynotpriest.org es posible formular preguntas sobre la vocación a la vida religiosa y diocesana en seis idiomas.
 
En el mensaje para la Jornada Mundial de oración por las vocaciones de 2011 esta fecha el Papa Benedicto XVI recordaba que seguir a Cristo «significa aprender a tener la mirada de Jesús, a conocerlo íntimamente, a escucharlo en la Palabra y a encontrarlo en los sacramentos; quiere decir aprender a conformar la propia voluntad con la suya. Se trata de una verdadera y propia escuela de formación para cuantos se preparan para el ministerio sacerdotal y para la vida consagrada, bajo la guía de las autoridades eclesiásticas competentes. El Señor no deja de llamar, en todas las edades de la vida, para compartir su misión y servir a la Iglesia en el ministerio ordenado y en la vida consagrada, y la Iglesia «está llamada a custodiar este don, a estimarlo y amarlo. Ella es responsable del nacimiento y de la maduración de las vocaciones sacerdotales» (Juan Pablo II, Exhort. ap. postsinodal Pastores dabo vobis, 41). Especialmente en nuestro tiempo en el que la voz del Señor parece ahogada por «otras voces» y la propuesta de seguirlo, entregando la propia vida, puede parecer demasiado difícil, toda comunidad cristiana, todo fiel, debería de asumir conscientemente el compromiso de promover las vocaciones. Es importante alentar y sostener a los que muestran claros indicios de la llamada a la vida sacerdotal y a la consagración religiosa, para que sientan el calor de toda la comunidad al decir «sí» a Dios y a la Iglesia».