Putin dijo que se invertirán 1,5 billones de rublos en “proyectos demográficos” para mejorar el promedio de la expectativa de vida y así elevar la tasa de natalidad de un 25 a un 30 por ciento en tres años.

Luego del discurso de Putin, el Parlamento ruso, la Duma, presentó un proyecto de ley para descalificar el aborto como un servicio médico en el plan nacional de salud. Según el proyecto, también permitiría a los médicos negarse a practicar abortos.

“El proyecto de ley tiene por objeto crear las condiciones para una mujer embarazada pueda optar por dar a luz”, dijo Yelena Mizulina, jefe del Comité para la Familia, las Mujeres y los Hijos de la Duma Estatal.

El miércoles, la Duma también presentó un proyecto de ley para restringir la publicidad para el aborto.

Anton Belyakov, autor del proyecto de ley y diputado de la facción del Partido Rusia Justa, dijo a los periodistas que “el proyecto de ley también obliga a los médicos a advertir a las mujeres que decidieran efectuarse un aborto que ello puede causar infertilidad o la muerte, o también afectar negativamente la salud física y mental”.

Rusia tiene la mayor tasa de aborto en el mundo – 53 abortos por cada 1000 mujeres entre 15 y 44 -, según estadísticas de la ONU. El aborto es un tema clave en el descenso vertiginoso de la población de Rusia, que ha visto una caída de 148,5 millones de habitantes en 1995 hasta los 143 millones en la actualidad.

Belyakov dijo que la tasa rusa de aborto es “inaceptable”. Estadísticas propias del país muestran que se cometen 1.022 abortos por cada 1000 nacimientos. Los números oficiales muestran entre 1,6 y 1,7 millones de abortos al año, pero estimaciones no oficiales lo sitúan en cerca de 6 millones por año, el 90 por ciento de los cuales se hacen, como en la mayoría de los países desarrollados, a petición de la mujer por causas “sociales”, no por razones médicas.

Al comentar la crisis de la natalidad de Rusia, Larry Jacobs, del Congreso Mundial de las Familias de las ONGs, dijo que “no sólo Rusia está experimentando el invierno demográfico”.

“A nivel mundial, las tasas de natalidad han disminuido en más del 50 por ciento desde finales de los ‘60. Hacia el año 2050 habrá 248 millones menos de niños menores de 5 años en el mundo que los que hay hoy en día. Esta escasez de nacimientos será uno de los mayores desafíos que enfrenta la humanidad en el siglo XXI”.