El 13 de marzo, el sacerdote católico nigeriano Clement Rapuluchukwu Ugwu fue secuestrado, sacado a la fuerza de su casa parroquial por unos asaltantes que lo habían herido de un disparo. Sucedió en la iglesia de San Marco, en Obinofia Ndiuno, en el estado de Enugu, en el sur de Nigeria.

Este miércoles 20 de marzo se ha encontrado su cadáver en estado de descomposición, en el bosque, no lejos del lugar del secuestro, según recoge la agencia misionera Fides.

Callistus Onaga, obispo de Enugu, se ha mostrado muy crítico con la ineficaz actuación de la Policía. “Inmediatamente denunciamos el secuestro del padre Ugwu a la policía y desde entonces fui a la comisaría hasta tres veces donde siempre me decían que estaban a punto de capturar a los secuestradores. Dudo que estuvieran haciendo algo porque el cuerpo del padre Ugwu fue encontrado a solo 20 kilómetros de su casa”, denunció el obispo Onaga.

Además, se sabe que los criminales usaron la tarjeta de crédito del sacerdote para retirar su dinero.

El obispo de Enugu pide ahora a policía que capture a los asesinos del sacerdote. También denuncia la ola de asesinatos que se está viviendo en todo el país. El obispo invitó a los cristianos a intensificar sus oraciones por la salvación de Nigeria.

La diócesis de Enugu cuenta con 2,6 millones de habitantes, de los que la mitad son católicos, y la mayor parte del resto son cristianos de distintas confesiones. Es una diócesis muy viva, con 188 parroquias y unos 420 sacerdotes, un 75% diocesanos.