El Papa Francisco ha desarrollado su homilía de en la mañana del martes en la residencia Santa Marta en torno a tres ideas: tribulación, confianza y paz.

Así, el Papa ha subrayado que el cristiano no tiene una actitud masoquista frente a las dificultades de la vida, pero se entrega al Señor con confianza y esperanza.

Ha recordado que San Pablo fue perseguido, pero a pesar de las miles de tribulaciones permaneció firme en la fe y animó a los hermanos a esperar en el Señor.

Además, el Papa ha hecho referencia a los Hechos de los Apóstoles, en la Primera Lectura, para detenerse en estas tres ideas. Recordando también que para entrar en el Reino de Dios es necesario “pasar por momentos oscuros, momentos difíciles”.

Esta actitud, ha recordado el Pontífice, no es una actitud masoquista sino la lucha cristiana contra el príncipe de este mundo que trata de separarnos “de la Palabra de Jesús, de la fe, de la esperanza”. A propósito, ha recordado que el apóstol Pablo usa mucho la frase “soportar las tribulaciones”.

“Soportar”: es más que tener paciencia, es llevar sobre los hombros el peso de las tribulaciones. La vida del cristiano tiene estos momentos.

Por eso, Francisco ha señalado que “Jesús nos dice: ‘Hay que ser valientes en ese momento. Yo he vencido, también vosotros seréis vencedores’. Esta primera palabra nos ilumina para caminar en los momentos más difíciles de la vida, esos momentos que también nos hacen sufrir”.

Y después de dar este consejo Pablo “organiza esa Iglesia”, “reza por los presbíteros imponiéndose las manos y les confía al Señor”.

La segunda palabra sobre la que el Papa ha reflexionado es el “confiar”. Un cristiano -ha dicho Francisco- puede llevar adelante las tribulaciones y también las persecuciones confiandose al Señor. “solamente él es capaz de darnos la fuerza, de darnos la perseveranza en la fe, de darnos esperanza”, ha precisado el Pontífice.

A continuación, ha añadido: “Confiar al Señor algo, confiar al Señor este momento difícil, confiarme yo al Señor, confiar al Señor a nuestros fieles, nosotros sacerdotes, obispos, confiar al Señor nuestras familias, nuestros amigos y decirle al Señor: ‘Cuida a estos que son tuyos’”.

Al respecto, Francisco ha advertido que esta es una oración que no hacemos siempre, la oración en la que confiamos algo o alguien: ‘Señor te confío esto, llévalo Tú adelante’, es una bella oración cristiana. Es la actitud de la confianza en el poder del Señor, también en la ternura del Señor que es Padre”.

Asimismo, en la homilía ha observado que cuando una persona hace esta oración desde el corazón siente que es confiada al Señor, es segura: “Él no decepciona nunca”. La tribulación nos hace sufrir pero el confiarse al Señor da la esperanza y de ahí surge la tercera palabra: paz.

El obispo de Roma ha recordado lo que Jesús llama “despedida” de sus discípulos. “La paz os dejo, mi paz os doy”. Pero, ha advertido, “no una paz, una tranquilidad” sino una paz que “va dentro, también una paz que nos da fuerza, que refuerza lo que hoy hemos pedido al Señor: nuestra fe y nuestra esperanza”.

Para concluir, el Santo Padre ha insistido en que “en la vida debemos ir sobre caminos de tribulación pero esta es la ley de vida. Pero en estos momentos debemos confiar en el Señor y Él nos responde con la paz. Este Señor que es Padre nos ama mucho y nunca decepciona”. De este modo, ha invitado a pedir al Señor que refuerce nuestra fe y nuestra esperanza, y que nos dé confianza para vencer las tribulaciones porque Él ha vencido al mundo.

Texto traducido y adaptado de Radio Vaticano