Los obispos católicos de Rusia se han reunido para establecer las directrices de la Iglesia en estos tiempos complicados. Los católicos de Rusia son una minoría muy pequeña: apenas 800.000, el 0,5% de los 143 millones de habitantes del país, a veces separados por distancias enormes. Están organizados en cuatro diócesis.

No sufren limitaciones al culto (aunque el Gobierno sigue sin devolver muchos templos confiscados en época soviética) pero sufren limitaciones a la libertad de expresión como el resto de los rusos. No pueden llamar "guerra" a lo que sucede en Ucrania (oficialmente sólo es una"operación militar especial"), pero pueden hablar de que "en el mundo" hay sufrimiento por "la guerra", así, en general.

Jóvenes de hoy y mártires de hace un siglo

En una nota publicada en la web del obispado de Moscú y otras redes, los obispos explican algunas de sus intenciones. Por ejemplo, no renuncian a enviar un puñado de jóvenes a la JMJ de Lisboa. "Los obispos esperan poder enviar al menos un pequeño grupo a Lisboa para la Jornada Mundial de la Juventud (2-6 de agosto). Al mismo tiempo, invitan a todos los jóvenes católicos de 16 a 30 años a un encuentro de la juventud de Rusia en San Petersburgo (23-27 de agosto)", anuncian.

También se quejan de la expulsión de algunos clérigos (sin dar detalles). Quieren celebrar en noviembre el centenario de los "procesos de Moscú" de 1923. Los bolcheviques cerraron las parroquias católicas en 1922 y al año siguiente, en 1923, fueron juzgados unos 15 clérigos, incluyendo 2 obispos.

En 2023 se cumplen 100 años del martirio de Konstantin Budkevich en los Procesos de Moscú, que los obispos católicos de Rusia quieren recordar.

Fusilaron a Konstantin Budkevich (o Budkiewicz), prelado y decano del Seminario de San Petersburgo y condenaron a años de gulag al resto, como A. Maletskiy -que aún conseguiría vivir varios años más y Y.Troigo, que moriría en la cárcel unos años después, en 1932. En el juicio, lleno de retórica y discursos ampulosos del fiscal, estuvo presente un periodista del New York Herald que tomó nota detallada, lo publicó y se tradujo enseguida a varios idiomas.

Los católicos de Rusia tienen mucho interés en beatificar a sus mártires de la Revolución, pero necesitarán ayuda, porque es un proceso costoso y se trata de diócesis pobres.

"Personas que sufren por la guerra y catástrofes"

La reunión tuvo lugar del 28 de febrero al 1 de marzo, con el arzobispo Paolo Pezzi como presidente (italiano, es el obispo de Moscú desde 2007), y la asistencia de Joseph Werth (obispo de la Transfiguración en Novosibirsk), Kirill Klimovich (obispo de San José en Irkutsk), Clemens Pikkel (obispo de San Clemente en Saratov) y el obispo auxiliar de Moscú Nikolai Dubinin, junto con el secretario de la conferencia episcopal, el padre Stefan Lipke, el Nuncio apostólico, Giovanni d'Aniello (otro italiano) y el consejero de la Nunciatura, Peter Tarnavski.

La mención a la guerra (en general) y a Ucrania aparece al inicio de su comunicado: "Los obispos vuelven a llamar la atención de los fieles sobre la realidad de nuestro mundo, sobre el sufrimiento de las personas por la guerra y la violencia, así como por los desastres naturales, por ejemplo, sobre el sufrimiento de las personas en Ucrania, el Cáucaso, Siria y Turquía".

También señalan otros males del mundo como "las separaciones [familiares], el divorcio, la violencia doméstica, el dolor asociado con los numerosos abortos, el sufrimiento de los hambrientos, los sin hogar y todos los necesitados. En esta situación, los obispos piden a los fieles y a todas las personas de buena voluntad volver al mensaje del Papa Francisco sobre el ayuno y la sinodalidad".

Después proponen a los fieles 3 cosas: oración ("vale la pena clamar incansablemente al Señor, fuente de vida y de bondad, ayunando todo lo posible y contemplando su amor"), diálogo y amor activo.

Hablar en persona, con los que piensan distinto

La forma en que definen estas dos últimas es interesante por el contexto de falta de libertades y de propaganda de guerra en Rusia, que parecen querer compensar animando a las relaciones interpersonales, menos manipulables. Además, en persona no queda rastro escrito de lo que se dice, mientras que las conversaciones por redes sociales dejan un peligroso rastro.

"Es necesario compartir nuestras experiencias con familiares, seres queridos y amigos. Ninguna comunicación virtual, por importante y útil que sea, puede sustituir a la comunicación directa, con o sin palabras. Además, vale la pena contactar con aquellos que, en otro sentido de la palabra, están “del otro lado”. No puede haber curación sin que escuchemos y tomemos en serio lo que la otra persona tiene que decir, incluso si nos cuesta entenderlo o lo que dice es desagradable y, a veces, incluso doloroso", dice su comunicado.

Respecto al amor activo, dicen "durante mucho tiempo, los católicos, tanto en el suroeste del país [zona cercana a Ucrania, que recibe refugiados, nota de ReL] como en toda Rusia, han estado ayudando a personas de cualquier religión, origen y cualquier punto de vista. Las comunidades deben fortalecer sus aspiraciones de hacer el bien a todas las personas que puedan".

También es interesante la mención de "casos de expulsión de sacerdotes y laicos y casos de profanación de monumentos". Los obispos piden "a las autoridades" respetar "los valores evangélicos que lleva la Iglesia Católica, que es una parte pequeña pero integral e inalienable de la sociedad rusa".

Celebrar los 8 siglos del belén

Al cumplirse los 800 años de que San Francisco organizara un belén por primera vez, animan a las parroquias a enfatizar "en cooperación con las comunidades franciscanas", esta "antigua tradición católica, que, para nuestra alegría, se ha convertido ya en una tradición cristiana común".

La Iglesia católica ha dictaminado además que quien trabaje con niños en entornos de Iglesia debe mostrar un certificado de no haber sido condenado por delitos sexuales contra menores.

Los obispos, quizá por la peculiar situación de propaganda y desconexión de medios extranjeros, piden a los fieles "obtener información fidedigna" sobre "lo que la Iglesia enseña y pide" a través de "los recursos oficiales de la Santa Sede, la Conferencia Episcopal y las diócesis".

Funerales de negro, sí; fiestas marianas de azul, no

Anuncian además que se hará un plan de preparación de lectores y acólitos, un curso para organistas, una nueva traducción rusa de las letanías de Loreto a la Virgen, y recuerda que en el país se puede usar "el color negro de las vestiduras litúrgicas" en funerales y misas de exequias y en la Liturgia de las Horas de difuntos "donde exista tal costumbre".

"En las Misas y otros servicios en honor de la Santísima Virgen María, por regla general, se utilizan vestimentas litúrgicas blancas. En esos casos [fiestas de la Virgen], se permite el uso de vestimentas blancas con elementos azules. El uso de vestiduras litúrgicas azules es inapropiado", detallan.

Hay que señalar que Rusia no tiene los permisos especiales que tienen España y los países hispanos para usar vestiduras azules en algunos festejos de la Virgen, especialmente la Inmaculada Concepción.

Los obispos reeligieron a Paolo Pezzi como presidente y como su representante en el Sínodo de la sinodalidad en Roma (en otoño de 2023 y otoño de 2024).