Tras la virulencia antirreligiosa del desfile del Orgullo Gay el 8 de junio en Varsovia, el arzobispo de Cracovia, Marek Jedraszewski, la denunció como “un ataque a la libertad real, especialmente a la libertad religiosa" de la mayoría de los polacos, recordando que este tipo de celebraciones “se han convertido en una ocasión para burlarse de la eucaristía y en verdaderas sesiones de desprecio y odio”.

Desde entonces se han redoblado los ataques contra él del lobby LGBT. Esta semana, durante la conmemoración del levantamiento del gueto de Varsovia, monseñor Jedraszewski demostró no sentirse intimidado al afirmar que Polonia "ya no está sometida a la plaga roja, lo que no significa que no haya otra que quiera controlar nuestras almas, corazones y mentes. No es una plaga marxista, bolchevique, pero nace del mismo espíritu neo-marxista. No es roja, sino del arcoiris".

Ante la oleada de críticas contra él desde medios afines al lobby, este viernes el presidente de la conferencia episcopal polaca y arzobispo de Poznan, Stanislaw Gadecki, publicó un comunicado defendiéndole y mostrando la disposición del episcopado a resistir a los grupos de presión, llamando a las autoridades a hacer lo mismo, porque "el respeto por personas concretas no puede conducir a la aceptación de una ideología que tiene como objetivo revolucionar las costumbres sociales y las relaciones interpersonales".

La ola de críticas contra monseñor Jedraszewski, afirma, es muestra "del totalitarismo ideológico arraigado en ciertos entornos, que consiste en apartar de la esfera de la libertad a las personas que piensan de manera diferente".

Asimismo, monseñor Gadecki denuncia "la ofensiva de los medios LGBT+" y "la introducción de enfoques nuevos para la educación sexual prevista por algunos gobiernos locales después de las vacaciones escolares". 

Por eso hace un llamamiento a esas autoridades "para que no tomen decisiones que, con el pretexto de combatir la discriminación, esconden una ideología que niega la diferencia natural de género y la complementariedad entre hombres y mujeres". El obispo extiende ese llamamiento a los parlamentarios nacionales "para que se resistan a los planes de largo alcance de los grupos LGBT+ para cambiar la ley polaca e introducir el llamado 'matrimonio homosexual' y la posibilidad de adopción".

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