El Papa Francisco ha nombrado este martes al nuevo arzobispo de París, una de las sedes históricas más importantes en el seno de la Iglesia Católica. El elegido ha sido monseñor Laurent Ulrich, hasta ahora arzobispo de Lille.

El prelado que en pocos meses cumplirá 71 años sucederá a Michel Aupetit, al que el Papa le aceptó la renuncia en diciembre de 2021 tras un escándalo por su supuesta relación con una mujer antes de ser obispo y que Aupetit negaba. Francisco dijo que el arzobispo había “sido condenado por la opinión pública, las habladurías”, y añadía: “por esto acepté su dimisión, no en el altar de la verdad, sino en el altar de la hipocresía".

El nuevo arzobispo llega a París con más de 70 años por lo que no será un episcopado largo, teniendo en cuenta que todo obispo debe presentar su renuncia al Papa al cumplir los 75 años. Una de sus principales tareas será la de vigilar y custodiar la reconstrucción de la catedral de Notre Dame, tras el incendió que destrozó la catedral.

Monseñor Ulrich nació el 7 de septiembre de 1951 en Dijon, en la archidiócesis metropolitana del mismo nombre. Obtuvo una Maestría en Filosofía en la Universidad de su ciudad, asistió al Seminario Universitario Saint-Irénée y obtuvo una Licenciatura en Teología en la Université Catholique de Lyon .

Fue ordenado sacerdote el 2 de diciembre de 1979. Ha ocupado los siguientes cargos: Vicepárroco del sector de Beaune (1980-1984) y Vicedecano (1984-1985); Vicario episcopal encargado de la formación permanente, de la pastoral sacramental y litúrgica (1985-1990) y desde 1986 también de los laicos y religiosos comprometidos en la pastoral; Vicario General y Delegado para el Apostolado de los Laicos (1990-2000).

Fue elegido arzobispo de Chambéry y obispo de Saint-Jean-de-Maurienne et Tarentaise el 6 de junio de 2000, fue consagrado el 10 de septiembre.

El 1 de febrero de 2008 fue nombrado arzobispo-obispo de Lille, convirtiéndose en arzobispo metropolitano el 29 de marzo, cuando la sede de Lille fue elevada a la categoría de metropolitana.

Dentro de la Conferencia Episcopal Francesa es presidente del Consejo para la Enseñanza Católica.