Tim Farron, hasta ahora líder de los liberaldemócratas británicos con los que consiguió 12 escaños en las últimas elecciones, ha anunciado su dimisión como líder del partido. Este inglés de 47 años, que logró mejorar en cuatro escaños los resultados de su partido y que sucedió a Nick Clegg en 2015, ha visto imposible compatibilizar su fe y su acción política sin dejar de ser coherente.

En este sentido, Farron no se va por los resultados electorales pues consigue más de los que consiguió su partido en las anteriores elecciones aunque menos de los que esperaba conseguir para ser llave para formar gobierno.
Este cristiano evangélico  ha asegurado que desde hace tiempo “me he encontrado a mí mismo debatiéndome entre vivir como un cristiano devoto y servir como un líder político”.

“Ser un político, especialmente en un partido progresista y liberal en el año 2017, y vivir como un cristiano comprometido, respetar de forma devota las enseñanzas de la Biblia, me ha parecido imposible”, ha asegurado el hasta ahora líder de los liberal-demócratas.


El detonante de la dimisión apunta a la dura campaña realizada contra él desde hace ya tiempo por sus posiciones morales como en el caso de la homosexualidad. Su postura cristiana sobre los actos homosexuales ha sido utilizada una y otra vez contra él.

Y todo porque durante una entrevista respondió con evasivas a una pregunta sobre si creía que las relaciones entre personas del mismo sexo son pecado. En varias ocasiones dijo que “el sexo gay no es pecado”, pero aclarando justo después que estaba hablando como político y no como creyente.

Farron, nacido en 1970 en el noroeste de Inglaterra, está casado desde el año 2000 con Rosemary Cantley, con la que tiene cuatro hijos. A los 21 años decidió bautizarse y a los 30 reafirmó su compromiso como cristiano evangélico.