Justin Bieber, de 23 años, combina con cierta irregularidad su fe cristiana con su vida de ídolo famoso cantante adolescente, pero en el concierto "One Love Manchester" este domingo 4 de junio, ante una multitud conmocionada por los atentados de Manchester y de Londres de los últimos días, salió al escenario predicando su versión del kerigma, del núcleo del anuncio cristiano. 

"Dios es bueno en medio de la oscuridad", empezó, tras 7 minutos de música, consciente de que era una afirmación poco menos que antisistema. La multitud de jóvenes en el Old Trafford Cricket Ground de Manchester aulló de entusiasmo, sobre todo las chicas. 

"Dios es bueno en medio del mal", insistió. 

"Dios está en el medio, no importa lo que pase en el mundo, Dios está en el medio y os ama y está aquí por vosotros", afirmó, emocionado. Era como una proclama de rebeldía frente al reinado del terror, la muerte, la desesperación... o también el escapismo.



Solo después de haber mencionado así 5 veces a Dios y su fuerza pese al mal, pasó a hablar de las víctimas y la pérdida. 

"Solo quiero aprovechar este momento para honrar a la gente que se perdió, que se nos quitó. Os amamos tanto... A las familias: os amamos tanto. alzad ambas manos en honor de esas personas ahora mismo. Que todo el mundo diga: os honramos, os amamos".

Y así lo hizo la multitud. El cantante se emocionó y sollozó en ese momento y no fue el único.

Al principio de su intervención Justin Bieber dijo: "Qué cosa asombrosa que estamos haciendo esta noche. ¿Estáis de acuerdo en que el amor siempre gana?”, señaló. "Mejor que combatir el mal con el mal, es combatir el mal con el bien: ¿estáis de acuerdo con eso?”

Después cantó durante 7 minutos, logrando que todos cantaran con él. A continuación hizo que todos corearan "love, love" (amor, amor) y proclamó que "al final el amor siempre vence". 

Acabadas las canciones fue cuando proclamó el poder de Dios sobre el mal.

Fue el único de los músicos y artistas pop-rock del masivo concierto One Love Manchester que habló de Dios.