El obispo de Langres, monseñor Joseph de Metz, ha abierto la causa de canonización de la religiosa Marie Adele Garnier, fundadora de las Adoratrices del Sagrado Corazón del Montmartre, y popularmente llamadas las benedictinas de Tyburn.

Esta monja (18381924) es conocida además porque dijo haber visto sangrar a una Hostia consagrada que estaba en manos de un sacerdote.


En 2012, el sacerdote italiano Gianmario Piga escribió una biografía espiritual de la monja en el que analizaba sus cartas y otros escritos con gran detalle y que mostraba este hecho extraordinario.

En el libro, El camino de la madre Adele Garnier, el padre Piga revela que esta religiosa tuvo experiencias místicas comparables a los registradas por los grandes escritores espirituales tales como Santa Teresa de Jesús y san Juan de la Cruz.

Además, en una carta al abad Charles Sauvé, un sacerdote amigo, ella le describió cómo vio el Santísimo Sacramento sangrar. "En el momento en el que el sacerdote tomó la hostia santa y lo puso sobre el cáliz alcé los ojos para adorar y contemplarla", escribió. "Oh, si pudieras saber lo que vi y cómo todavía me siento conmovida e impresionada por esta visión", continuó.

"Los dedos del cura no sujetaban una forma blanca, sino una partícula de un rojo llamativo, el color de la sangre y luminoso al mismo tiempo”, explicaba en la misiva.

Durante la homilía en la misa con la que se abría el proceso de canonización, el obispo francés dijo que esta monja buscó siempre hacer la voluntad de Dios a través de la adoración en la Eucaristía. Esto se manifestó en sus escritos sobre la caridad y el amor y sirvió como modelo de evangelización.

“A medida que nos regocijamos con la Madre Garnier queremos señalar su insistencia en la contemplación de Cristo en el sacramento de la Eucaristía”, agregó el obispo durante su intervención.

Además, monseñor de Metz pidió que todas las hermanas de la orden ayuden a reevangelizar no sólo Francia sino también el resto del mundo.


Esta religiosa falleció en el convento de Tyburn, en Londres, en 1924. Pero los frutos no tardaron en llegar pues en la década de 1950 esta orden se extendió por todo el mundo con casas fundadas en Francia, Irlanda, Escocia, Australia, Nueva Zelanda, Italia, Perú, Colombia o Ecuador.

Desde la orden aseguran a Catholic News Agency, tal y como recoge Catholic Herald, que han llegado miles de cartas desde todo el mundo agradeciendo los favores recibidos por intercesión de la fundadora Marie Adele Garnier.

Y no paran de crecer pues obispos de distintos continentes siguen pidiendo que estas religiosas se instalen en sus diócesis.