Aunque oficialmente los sacerdotes pueden retirarse a los 75 años, el padre Jacques Hamel seguía oficiando numerosos sacramentos y apoyando en la pastoral de las parroquias de Saint-Etienne-du-Rouvray (Alta Normandía, cerca de Ruan, Francia).

Ahí le encontró a los 86 años la muerte, quizá el martirio, al ser degollado en la iglesia por dos yihadistas el 27 de julio de 2016. Nacido en Darnétal, un pueblo cercano, fue ordenado en 1958. Fue, por lo tanto, durante 58 años, sacerdote de la Iglesia Católica. 

En este vídeo de 2009 del canal francés Ina.fr se recoge su participación, siempre alegre y dispuesto a cantar, en las celebraciones de Navidad de la parroquia de ese año.

El padre asesinado este martes en Francia era, según quienes le conocían, “un hombre bueno, siempre al servicio de los demás y con un carisma sincero”. Hamel nació en 1930 en Darnétal, en Seine-Maritime, dentro del departamento de Normandía. 

Jacques Hamel se encontraba sustituyendo al párroco titular de la iglesia de Saint-Etienne-du-Rouvray este martes, en la misa matinal,  cuando llegaron los asaltantes asesinos. 

“En mi ausencia, es él quien hace los oficios de la Iglesia. Es un hombre enérgico para su edad. Los sacerdotes tienen el derecho de retirarse a los 75 años, pero él todavía se sentía fuerte.Decía que no hay suficientes sacerdotes y que podía continuar. Ha preferido mantener su plaza y continuar trabajando”, explicó este martes Auguste Moanda-Phuati, el párroco titular de la Iglesia.