La situación en la ciudad ucraniana de Dnipro no es fácil tras los últimos bombardeos del ejército ruso. Horas y horas retirando escombros del edificio donde hace unos días perdieron la vida 45 personas. Unos 80 heridos consiguieron escapar de las ruinas y 20 figuran todavía como desaparecidos.

Mila Leonova es responsable de comunicación de Cáritas Donetsk, con sede en Dnipro, y ha concedido una entrevista a Vatican News para hablar de la situación del país y de la cadena de solidaridad que se ha creado.

Sin tiempo para quejarse

"El impacto del misil y la explosión posterior dañaron los edificios vecinos. La explosión fue tan fuerte que las ventanas de esos edificios quedaron completamente destruidas, habrá que sustituir miles de metros cuadrados de ventanas. También se produjeron apagones y se quemaron los electrodomésticos de la gente. Según las autoridades municipales, 236 pisos han quedado destruidos", comenta Leonova.

La trabajadora de Cáritas lamenta que las víctimas eran muchas de ellas personas conocidas. "Cuando vemos las fotos y oímos las historias de las personas que murieron, nos llega al corazón. Son rostros familiares, gente que conocemos. Y entre las víctimas había por desgracia muchos desplazados que huyeron de la guerra desde las regiones de Donetsk, Luhansk y Kharkiv", apunta.

Puedes colaborar con Cáritas y con las personas necesitadas de Ucrania en este enlace.

Leonova expresa que es el momento de ayudar. "Todos los que estamos en Dnipro intentamos transformar nuestras emociones negativas mediante la ayuda que podemos ofrecer aquí y ahora. Ni siquiera tenemos tiempo para reflexionar o insultar a nadie. Tenemos que abrazar con amor a las personas que están aquí, que han sufrido. Creo que esto es lo más importante ahora", comenta.

Ivanka Velychko coordina el trabajo de los voluntarios de Cáritas Donetsk. "Mientras estábamos allí se anunció el final de las labores de rescate. Todos los coches de Policía y ambulancias encendieron sus sirenas en homenaje a las víctimas. Fue un momento muy emotivo. Faltaban unas 20 personas por aparecer. Una mujer había esperado en una tienda durante dos días porque su hijo había quedado entre los escombros", relata.

Aquí puedes ver las imágenes del edificio destruido en Dnipro. 

"Esta tragedia nos ha unido aún más. Mucha gente trajo comida para hacer almuerzos calientes, otros dijeron que querían ser voluntarios. La gente estaba muy unida, entendían rápido lo que pasaba. Compartimos nuestros sentimientos con un abrazo y mucha ayuda práctica. Muchos empresarios ofrecieron ayuda a familias y se hacían cargo de ellas", recuerda.