Uwe Hilsmann (Juan Pecador, traducido al español), un ciudadano de la localidad alemana de Dortmund e identificado como "no creyente", presentó el jueves pasado una demanda contra el Papa Benedicto XVI por no hacer uso del cinturón de seguridad en el papamóvil cuando recorría el Estadio Olímpico de Berlín durante su última visita a Alemania.

Más de 70.000 personas aclamaban al Papa a su paso, a cinco kilómetros por hora, camino a una histórica homilía en la que reconoció que "en la Iglesia hay peces buenos y malos, grano y cizaña".

Para la acción legal interpuesta ante el juzgado de Freiburg im Breisgau, Hilsmann ha contratado los servicios de un abogado, Johannes Sundermann, señala el diario Westfäslische Rundschau.

"Juan Pecador" afirma en su denuncia haber observado reiteradamente, durante la última visita del Papa a Alemania, que éste no iba atado, lo que contraviene las normas de circulación, por lo que estaría obligado a pagar una multa de 80 euros.

Asimismo alega que cuenta con dos testigos presenciales dispuestos a certificar que efectivamente el Papa no llevaba cinturón y señala además que varias de las personas que acompañaban a Joseph Ratzinger en su visita, como el presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, Robert Zollitsch, "con seguridad" también observaron esta infracción por parte papal y podrían por tanto sustentar su testimonio, llegado el juicio.

El diario, que se remite a declaraciones del abogado del demandante, apunta que la viabilidad de la demanda puede depender de si se considera a Benedicto XVI simple ciudadano alemán o jefe de Estado (Vaticano), en cuyo caso su infracción, de probarse, podría quedar neutralizada por la inmunidad diplomática.

El abogado ha subrayado que la denuncia no tiene intención alguna de causar daños a Benedicto XVI y que responde únicamente al espíritu de la legislación de tráfico vigente en Alemania. La denuncia tiene como fin, por lo tanto, garantizar la seguridad del Papa.