Según informó el Daily Telegraph, el fin de semana pasado la policía de Londres atendió una llamada singular. Cuando llegaron los agentes, tres sacerdotes en pijama sujetaban a un desesperado "caco" que había entrado a robar en una parroquia de Dunstable, en el noroeste de la capital británica.

El ladrón debió pensar que robar en la iglesia era cosa fácil, pero no contaba con las habilidades de uno de los curas. Jimmy Shiel se despertó al oír un ruido anómalo y descubrió al ladrón in fraganti. Se trata de un joven de 28 años que enseguida intentó huir. Pero al padre Shiel le salió el jugador de rugby que lleva dentro (practicó este deporte intensamente durante su juventud) y con sus 67 años a cuestas se lanzó contra el delincuente y le placó en seco, ante el asombro de los otros dos sacerdotes de la parroquia, que asistieron a la escena alertados también por el escándalo.

Una vez con el ladrón en el suelo, "ya no fue muy difícil sujetarle entre los tres", confesó luego uno de ellos, Kieran Magovern, de 66 años. El más joven, Chacko Panathara, de 61, llamó a la Policía. Se dice, pero no está confirmado, que el ladrón, aún resentido del placaje, sintió alivio al ver a los bobbies.