"Ven Espíritu Santo. Hoy quiero entregarte mi futuro, hasta el último día de mi vida. Quiero caminar iluminado por tu divina luz, para saber adonde voy, para no desgastar energías en cosas que no valen la pena.

No quiero obsesionarme por el futuro. Y por eso, prefiero entregarlo en tu presencia y dejarme llevar por tu impulso. Espíritu Santo, sana mi ansiedad, para que acepte que cada cosa llegue a su tiempo y en su momento. 

Y sana mis miedos, para que pueda confiar en tu auxilio y me deje guiar siempre.

Tú que sabes lo que más me conviene, oriéntame y condúceme cada día, y protégeme de todo mal. 

Ven Espíritu Santo y toma mi futuro. 

Amén."