“Ven Espíritu Santo, para que me apasionen los verdaderos valores de la vida y no me deje engañar por los falsos atractivos.

Ven, para que reconozca que un acto de amor vale oro, y que un acto de puro egoísmo no es más que paja y basura.
Ven, para que vea la luz cada vez que recuerde a Jesús, y reconozca las oscuridades de los falsos modelos, que sólo promueven el placer vacío y egoísta.
Ven, para que recuerde que vale la pena entregarse generosamente, y que no vale la pena encerrarse en la melancolía y la vanidad.
Ven, para que no olvide que mi vida no termina en esta tierra, y que estoy llamado a un Reino celestial, donde la felicidad no tendrá fin. 
Ven Espíritu Santo, para que gaste mis energías en cosas buenas, y no las desgaste en los falsos valores.
Amén.”