Bernardo Álvarez, obispo de Tenerife, y José Mazuelos, obispo de la diócesis de Canarias (las islas de Lanzarote, Fuerteventura y Gran Canaria) se han reunido en Madrid con periodistas para explicar la situación en que se encuentran en las islas unos mil chicos menores de edad, de origen extranjero, que hasta ahora estaban tutelados por el Estado, pero que dentro de un mes, a partir del 1 de enero, serán considerados mayores de edad y, simplemente, colocados en la calle.

Su edad exacta no está clara porque llegaron a las islas sin identificación. Como una ficción legal, se les dio unos documentos provisionales declarándolos nacidos el 1 de enero de 2004. Mientras eran menores, el Estado los tutelaba. Pero con el nuevo año, se les considera adultos y se les ordena que salgan en bloque y se busquen la vida en la calle.

Los dos obispos han explicado la situación en Madrid, primero a los otros obispos, después a la prensa. También han publicado una nota al respecto (aquí).

Quieren potenciar un sistema de "corredores de hospitalidad", mediante el cual muchos de estos chavales puedan repartirse por España si diversas entidades eclesiales, educativas o solidarias se comprometen a irlos acogiendo.

“Son fantásticos, y lo sé porque los estamos atendiendo desde la Iglesia”, ha comentado el obispo Mazuelos.

Más de dos mil menores tutelados en las islas

Según han detallado, en realidad en los centros para tutelados del Gobierno de Canarias hay 2.235 menores, según datos de la Dirección General del Menor, no solo extranjeros. Los obispos han señalado que el Gobierno de Canarias, presidido por el socialista Víctor Ángel Torres, ha actuado con “ejemplaridad”, pero el reto es grande y necesitaría otro enfoque más generoso y amplio por parte del Gobierno nacional.

Son chavales "sin la madurez, capacitación, ni apoyos suficientes para una vida autónoma y un acceso al mercado laboral”, han avisado los obispos. Sólo en la isla de Tenerife, hay 1.800 personas que viven en situación de calle (de todas las edades y orígenes), pero con los ex tutelados aumentará.

Las diócesis canarias ayudan lo que pueden, pero se ven superadas. El obispo Mazuelos sospecha que el archipiélago se usa como “una cárcel sin muros” para evitar que los chicos lleguen a Europa. “Las islas Canarias también son España y no podemos afrontar solos esta realidad”, protesta Mazuelos.

“Cuando estaba [como obispo] en Jerez los menores podían moverse, pero aquí no pueden salir porque estamos en una isla”, comenta Mazuelos, marcando la importancia de la peculiaridad insular.

Que las Administraciones pongan medios

Lo que los obispos piden es que “los gobiernos y administraciones públicas" pongan "medios para retomar las derivaciones de menores o jóvenes migrantes ex tutelados o en situación de emergencia, a programas de inserción en otras comunidades autónomas”.

La Iglesia española ya está dando pasos "con el apoyo del Departamento de Migraciones de la Conferencia Episcopal" a través del proyecto Corredores de Hospitalidad. El dominico Xabier Gómez, responsable del Departamento de Migraciones, anunció que el obispo José Cobo, presidente del Departamento, escribirá a cada obispo en próximos días para hacer reales estos "corredores".

"A las puertas del Adviento, tiempo de acogida, encomendamos a la Virgen María -que con San José y Jesús Niño vivieron la experiencia de ser familia migrante y refugiada en Egipto-, a los menores y jóvenes migrantes, con el deseo y esperanza de que su situación tenga la solución adecuada a su dignidad humana”, rezan los obispos canarios.