"Hagamos un vídeo abriendo el corazón", propone el sacerdote y youtuber Patxi Bronchalo en la introducción del nuevo episodio de Red de Redes, el programa de catequesis semanal que produce la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP). Bronchalo y sus compañeros Jesús Silva y Antonio Maria Domenech abordan en esta ocasión sus versículos favoritos de la Biblia, desde el Pentateuco hasta el Apocalipsis.

El Pentateuco

El conjunto formado por Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio forma el Pentateuco, el inicio de la Biblia, que se corresponde con la Torá en la tradición hebrea. Preguntado por su fragmento favorito, Domenech recuerda la figura de Moisés: "Me gusta compararlo con mi vida; hay muchas situaciones en las que el sacerdote acompaña a los fieles a la Tierra Prometida".

El clérigo comparte también un recuerdo íntimo: cuando su madre falleció, pusieron la canción de la banda sonora de Los diez mandamientos que acompaña el momento en el que el pueblo sale de Egipto por la avenida flanqueada por obeliscos. "Se oye ese himno triunfal porque marchan —como mi madre al morir— hacia la Tierra Prometida", recuerda Domenech.

Silva recuerda la figura de José, el hijo de Jacob, a partir de la cual reflexiona que "la bendición del Señor es más poderosa que todos los dramas". Por su parte, Bronchalo escoge la historia de Abraham —en quien ve reflejada su vocación sacerdotal, por salir de su tierra— e Isaac, que se fia de su padre y de Dios caminando a lo alto de la montaña. "Yo sé de quién me he fiado, y siempre me digo que si el Señor me ha traído hasta aquí, no me va a dejar", dice.

Los profetas

A continuación, los tres sacerdotes escogen sus versículos favoritos de entre los profetas, enviados por Dios para denunciar, anunciar la conversión y predecir el futuro. Para Silva, es una frase de Jeremías 14:9: "Pero tú, Señor, estás en medio de nosotros, nosotros somos llamados con tu Nombre: ¡no nos abandones!". "Me parece una frase preciosa para los momentos de oscuridad, de dificultad, en que no sabes cómo rezar", explica.

"A mí me gusta la historia de Samuel, que oye la voz de Dios; desde niño he sentido que el Señor me llama", apunta Domenech. Bronchalo se refiere a Oseas 2:16 —"Yo la seduciré, la llevaré al desierto y le hablaré de su corazón"—, porque "me encanta, me ayuda esa promesa de Dios".

Bronchalo (en medio) y sus compañeros Jesús Silva (derecha) y Domenech (izquierda) abordan sus versículos favoritos de la Biblia, desde el Pentateuco hasta el Apocalipsis.

Los salmos

"Los salmos son canciones; es el libro de oraciones de Israel por excelencia", explica Silva, cuyo salmo favorito es el salmo 73, de donde tomó su lema sacerdotal, y que habla de cómo a la gente que camina sin Dios parece que todo le va bien pero que a quien anda con Dios parece lo contrario… "Hasta que entré en el Santuario de Dios y comprendí", dice el salmista.

Bronchalo también hace referencia a su lema sacerdotal, extraído del salmo 30, que dice: "Me vestiste de fiesta, para que mi corazón te cante sin cesar. / ¡Señor, Dios mío, te daré gracias eternamente!". "Me ayuda a recordar que todo es gracia, porque tiendo a ir, en mi vida y en mi vocación, con mis fuerzas y mis puños", añade. Domenech, por su parte, cita el salmo 90 que se reza en la liturgia de las horas: "Al amparo del Altísimo no temo el espanto nocturno".

Las cartas

Domenech cita dos versículos preferidos en las cartas de san Pablo: "Que nadie menosprecie tu juventud" (1 Timoteo 4:12) y "para que nosotros podamos dar a los que sufren el mismo consuelo que recibimos de Dios" (2 Corintios 1:4), que le mueve a desear llevar a otros el ánimo que él recibe de Dios.

El versículo preferido de Silva es Romanos 8:31 —"Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?"—, que "para algunos autores es el texto fundamental del Nuevo Testamento", y el de Bronchalo, Corintios 4:8-9: "Estamos atribulados por todas partes, pero no abatidos; perplejos, pero no desesperados; perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no aniquilados".

Apocalipsis

Antes de sumergirse en los Evangelios, los tres sacerdotes se fijan en el último libro de la Biblia, también conocido como el Libro de las Revelaciones. Domenech destaca el versículo 3:20 —"Yo estoy junto a la puerta y llamo: si alguien oye mi voz y me abre, entraré en su casa y cenaremos juntos"—, porque muestra "que Jesús golpea con insistencia a nuestro corazón para que podamos estar juntos toda la eternidad".

Bronchalo hace referencia a las lágrimas de San Juan frente al libro de la vida, cerrado con siete sellos —"una imagen preciosa de cómo en la vida tenemos muchos sufrimientos, pero Cristo lo comprende todo y es quien nos ayuda a dar sentido a la historia"—, y Silva, al inicio del capítulo 12: "Y apareció en el cielo un gran signo: una Mujer revestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas en su cabeza". "Es la imagen de la Virgen María gloriosa, como transfigurando la propia gloria de la Iglesia".

Los Evangelios

Silva, Domenech y Bronchalo concluyen el recorrido bíblico en el corazón de la Escritura: los Evangelios. El versículo favorito de Domenech es Juan 15:13: "No hay amor más grande que dar la vida por los amigos", porque "desde chico tuve la ilusión de ser sacerdote para poderme dar a los amigos, y siempre puedes darte un poco más".

Silva destaca Mateo 9:36 —"Al ver a la multitud, tuvo compasión, porque estaban fatigados y abatidos, como ovejas que no tienen pastor"— y el posterior envío de los apóstoles. "Fue un pasaje determinante en el discernimiento de mi vocación, cuando yo no quería responder a Dios pero sabía que Él me pedía ser sacerdote, y se leyó en mi primera misa". También se leyó en su primera misa el pasaje preferido de Bronchalo: cuando viene una tormenta y Jesús sigue durmiendo en la barca.

Puedes ver aquí el último episodio de Red de Redes.

"Antes creía que al bueno todo lo va bien, pero he visto que lo importante es ser fiel a Dios, venga lo que venga", concluye, y recomienda leer el Génesis y el Cantar de los Cantares. Silva recomienda leer la Carta de Santiago y Domenech, el Evangelio de Juan.