Pedro Sánchez, el líder del Partido Socialista Obrero Español, que en las elecciones generales de 2016 obtuvo un 22% del voto emitido, se ha convertido este viernes en nuevo Presidente del Gobierno de España al desplazar mediante una moción de censura a Mariano Rajoy. Ha contado con el apoyo de 180 diputados (independentistas, nacionalistas vascos y catalanes, izquierda radical y populista, socialistas, batasunos) y el voto en contra de 169 diputados (el PP, Cs y fuerzas menores regionales). 



El presidente del Foro de la Familia (www.forofamilia.org), Ignacio García-Juliá, en nombre de las asociaciones profamilia de esta plataforma, ha pedido al nuevo presidente "diálogo para alcanzar pactos en lo que de verdad importa".

"Pedimos al nuevo presidente que convierta la precariedad en cuanto a número de diputados con que arranca su gobierno en oportunidad para alcanzar pactos y consensos con el resto de grupos en lo más importante: la Familia, la vida y la Educación“.

El Foro de la Familia ha planteado una serie de retos que afronta España:

- el invierno demográfico (envejecimiento, falta de nacimientos)
- la falta de respeto por la vida humana (una forma de referirse al aborto, la eutanasia y en parte al vientre de alquiler)
- la ausencia de verdaderas políticas familiares (apenas hay ayudas a la familia en España)
- la creación de una política de educación verdaderamente de Estado (cada gobierno y partido deshace lo que deja el anterior)
- la precariedad laboral de los jóvenes (altísimo nivel de paro juvenil, como recuerda el Papa de vez en cuando mencionando España)
- y las tensiones sobre las pensiones.

“Frente a estos retos, necesitamos grandes consensos que desemboquen en grandes pactos. La situación actual es una oportunidad para al menos sentar las bases superando las ideologías. Para empezar, sería bueno que volvieran a la mesa del Pacto Educativo, ahora que es el PSOE quien tiene las llaves de la caja y la excusa de su salida de las negociaciones en el Congreso era económica”, plantea Ignacio García-Juliá.



Ignacio García-Juliá preside el Foro de la Familia

El Foro también pide "un Pacto de Estado por la Maternidad, con iniciativas que faciliten la conciliación laboral y la corresponsabilidad, el cuidado de los hijos por los padres, el establecimiento de salarios dignos… permitirá revertir el invierno demográfico y apuntalar el sistema de pensiones”.

El Foro de la Familia previene contra un peligro y pide que “se eviten tentaciones de imposiciones ideológicas de grupos minoritarios“.

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Un artículo editorial en la web del Foro de la Familia analiza así la situación.


Tras los últimos acontecimientos políticos de esta semana, todos ellos precipitados e inesperados, los que no nos sentimos representados en este parlamento podríamos preguntarnos, ¿y ahora qué?

Lógicamente no nos referiremos aquí a los acuerdos o desacuerdos que se avecinan, más los segundos que los primeros; nos referimos a lo que nos concierne en cuento a Familia, Vida y Educación.

Es fácil darse cuenta de que lo que hemos defendido siempre no es defendido por ninguna formación política. Unos por acción y otros por omisión, el caso es que nunca antes ha estado la familia tan atacada y tan minusvalorada, por más que esté en boca de todos, unos para colarnos sus “modelos de familia” y otros para hacerse perdonar lo que no cumplieron y estaba en sus programas. 

Nos quedan unos terceros, los del “no sabe no contesta”, que nunca han tenido claro si defienden una cosa, la contraria o las dos a la vez.

Ante este panorama de fuerzas, no sería descabellado pensar que esto será ingobernable en casi todo, excepto en las posiciones más extremas contra la vida en la que todos parecen coincidir; algunos «huesos» tendrán que dar a sus bases para que parezca que hacen algo y para mantenerlas tranquilas.

El gobierno saliente se instalará en la oposición pero no la ejercerá, o no la ejercerá en lo fundamental. Durante años no ha dado importancia más que a la economía, abjurando de sus principios y despreciando a sus votantes. Ahora no podemos esperar que levante la bandera de la familia y de la vida, entre otras cosas porque se verá muy claro que dicha postura tendría un marcado cariz electoralista y, además, nadie le haría ni mucho ni poco caso: les ignorarán.

Y así las cosas, ¿qué podemos hacer? Pues lo que hemos hecho siempre: contar la realidad de las cosas, hablar de la verdad, defender a la familia, la vida y la educación allí donde sea atacada. Para ellos aumentaremos nuestra presencia en redes sociales y nuestra presencia en charlas y coloquios, para que nadie sienta que se encuentra solo y que somos mayoría, traicionada, pero mayoría, los que defendemos lo que de verdad es importante para las personas y la convivencia. En definitiva, seguiremos hablando bien de las cosas buenas, aunque sea en susurros.