Este sábado fue consagrado obispo en la catedral de Santiago de Compostela el nuevo obispo auxiliar de la diócesis, Francisco José Prieto Fernández, quien recibió la plenitud del sacramento con la imposición de manos del arzobispo Julián Barrio. Monseñor Prieto era vicario para la Nueva Evangelización en la diócesis de Orense hasta su designación por el Papa el pasado mes de enero.

Su lema episcopal será Sequi Salvatorem participare est salutem: “Seguir al Salvador es participar de la salvación”, unas palabras tomadas de San Ireneo de Lyon, obispo del siglo II que refutó a los gnósticos. El nuevo prelado se ha especializado como teólogo y profesor en el estudio de la Patrística.

En la ceremonia estuvieron presentes el cardenal Ricardo Blázquez, el nuncio apostólico en España, Bernardito Auza, los obispos gallegos y varios que llegaron a Santiago desde otras diócesis españolas.

Monseñor Prieto, ya obispo, se dirige a los presentes en la catedral de Santiago.

“El episcopado no es un honor, es una llamada a servir en vigilancia y fidelidad, sin cálculos ni condescendencias con uno mismo”, dijo en su homilía monseñor Barrio. Afirmó que el obispo, "más allá de las preocupaciones y dificultades inherentes al fiel trabajo cotidiano en la viña del Señor, ha de infundir esperanza en quienes, deslumbrados por oasis utópicos en medio de la  banalidad y el desconcierto, y afligidos por las múltiples formas de pobreza, contemplan a la Iglesia como monte de las Bienaventuranzas, y prestando atención a los que no pertenecen al único rebaño de Cristo, porque ellos también nos han sido confiados en el Señor”.

"La lógica del Evangelio es la de la gratuidad, camino elegido por Cristo para salir al encuentro en la Iglesia misionera”, dijo el arzobispo compostelano, quien añadió que al final "la herencia del obispo ha de ser la santidad”.

Seguidamente él mismo llevó a cabo la consagración de monseñor Prieto con la oración y la imposición de las manos, la unción, la recepción de los Evangelios y del anillo episcopal, la imposición de la mitra y la entrega del báculo.

El nuevo obispo auxiliar de Santiago, Francisco José Prieto, ha desarrollado su labor pastoral hasta ahora en la diócesis de Orense.

El nuevo obispo auxiliar de Santiago se dirigió entonces a los presentes con unas palabras marcadas por la gratitud: "Agradecer es reconocer que todo me ha sido dado: el don de un ministerio que no es tarea ni oficio, sino entrega, ofrenda de la propia vida, servicio 'sin tacha día y noche' (como dice la plegaria de ordenación) a Dios y a esta porción del Pueblo de Dios, un bello mosaico construido de muchos rostros y variados caminos, a la que he sido llamado a servir y acompañar”.

También glosó la grandeza del templo que acogía el acto: "En la grandiosidad de esta catedral de Santiago de Compostela, que fue creciendo con el paso de los siglos y el empeño de la fe, escuchamos, no los ecos del pasado, sino voces que hacen vivos los muros y los arcos. Voces de los artesanos que cincelaron y pulieron un inmenso vocabulario pétreo de fe, voces que expresan la plegaria agradecida del peregrino gozoso en sus pies cansados, voces del canto que se eleva en súplica confiada, voces que celebran al Cristo Crucificado-Resucitado, voces que murmuran admiración por la belleza descubierta, voces que rumorean preocupaciones e inquietudes ante la tumba de Santiago el Zebedeo".

Monseñor Prieto Fernández tiene 52 años y fue ordenado sacerdote en 1993. Es teólogo por la Universidad Gregoriana de Roma, especializado en Patrística, y en Teología Bíblica por la Universidad de Salamanca.