El Instituto Nacional de Estadística ha publicado unas estadísticas que semestre tras semestre ahondan en el grave problema demográfico que experimenta España y en el suicidio al que se enfrenta el país en caso de no revertir la situación.

En el primer semestre de 2017 nacieron en España un total de 187.703 niños, lo que supone un 6,3% menos que en el mismo periodo del año anterior. Continúa así la caída en el número de nacimientos que se viene produciendo desde hace años y que quedo interrumpida por un leve incremento en 2014.


Sin embargo, los datos de este semestre, sólo mejores que los de los primeros seis meses de 2013, son más preocupantes aún si se comparan con el número de defunciones que se han producido en estos primeros meses del año, donde han muerto 219.835 personas, un 4,5% más que hace un año.



La diferencia entre nacimientos y defunciones deja un crecimiento vegetativo negativo de 32.132 personas, por lo que la población española sigue menguando y envejeciendo. Esta cifra es más negativa que la del mismo periodo de 2016, que fue de 10.145 personas.

El número de nacidos de madre extranjera supuso el 18,7% del total, frente al 18,2% del mismo semestre de 2016. El número de partos retrocedió en todas las comunidades autónomas y en Ceuta. Sólo aumentó en la Ciudad Autónoma de Melilla (un 1,2%), mientras Castilla y León (-9,4%), Castilla-La Mancha (-8,2%) y Comunidad de Madrid (-7,9%) registraron los mayores descensos en el número de nacimientos.



El número de defunciones subió en todas las regiones. Las mayores alzas se dieron en la Ciudad Autónoma de Ceuta (11,3%), Aragón (9,3%), La Rioja (7,1%) y Castilla y León (7,0%).

El saldo vegetativo (nacimientos menos defunciones) fue positivo sólo en tres comunidades autónomas (Comunidad de Madrid, Región de Murcia e Islas Baleares), así como en las ciudades autónomas de Melilla y Ceuta.