Durante la última plenaria de la Conferencia Episcopal Española se habló mucho de la situación de Cataluña y de la gravedad del proyecto de ley LGTB que está ya en el Congreso. Sin embargo, durante estos días los obispos tomaron otra serie de medidas relevantes para los católicos españoles.

Una de estas medidas ha sido la decisión tomada por los obispos de declarar el templo que acoge a la Virgen del Rocío en Almonte como santuario nacional, al ser un importante centro de peregrinación mariano.

Esta decisión se llevó a cabo, tal y como informa ABC, a instancias del obispo de Huelva, monseñor José Vilaplana, que trasladó al resto de obispos la petición realizada por la Hermandad Matriz de Almonte.

Su presidente, Juan Ignacio Reales, mostró su satisfacción por esta declaración y su “agradecimiento a todos los obispos por el reconocimiento y en especial al obispo de Huelva por el apoyo prestado”.

Paso previo para ser santuario internacional
Según explica Reales, la declaración del templo como santuario nacional “no tiene una especial trascendencia” pero “es un reconocimiento, un aval que la Conferencia Episcopal otorga a nuestro santuario”.

Pero sobre todo es, según reconoció, un paso previo fundamental para que en un futuro sea reconocido como Santuario Internacional, algo que ya corresponde decidir a la Santa Sede, tal y como establece el Código de Derecho Canónico.

Este decreto de la Santa Sede ha sido solicitado hace tiempo por la Matriz, consciente como es de que la devoción rociera hace mucho que traspasó incluso las fronteras españolas. La materialización de esta expansión mundial es la creación de la Hermandad del Rocío de Bruselas en el año 2000, que con el respaldo de la Hermandad Matriz crearía el Camino Europeo del Rocío, que discurre por los santuarios más significativos de Bélgica, Francia y España hasta llegar al, ahora, Santuario Nacional de la Virgen del Rocío.