Decían que la Ley Trans en España no podría usarse para cambiar de sexo y obtener ventajas legales, pero ya ha sucedido.

Juristas, feministas y críticos en general avisaban del agujero negro: en España, desde las leyes de Zapatero que acaban con la igualdad ante la ley, no es lo mismo que una compañera de piso pegue a otra compañera, a que le pegue un hombre que dice ser su "pareja", con relación "sentimental".

Pero si el hombre que pega declara ser mujer... ¡todo cambia! Ya no sería violencia de género, sino violencia doméstica, como si le pega una compañera de piso o una hermana.

Esto se planteaba como un loco caso teórico, pero ya hay un caso: se ha dado en Cataluña y lo publica el diario El Mundo.

Una mujer llamada Carmen (nombre ficticio) fue a los Mossos d'Esquadra a denunciar al hombre con el que vivía por malos tratos, es decir, "violencia machista" o, más técnicamente, "violencia de género". La policía autonómica le respondió que no podría denunciarlo como "violencia machista" porque su ex pareja se ha cambiado de género. Ahora ya no es Agustín sino Julia (ambos también nombres ficticios).

Si Agustín siguiera siendo Agustín, de inmediato habría una orden de alejamiento contra él. Pero como dice ser mujer, ya no es "violencia de género" y no hay tal orden rápida.

Juntos desde 2011, en 2020 él cambia

Cuenta El Mundo que "la pareja comenzó su noviazgo en 2011. Ambos venían de otras relaciones y encauzaron la suya con la madurez de dos personas que rebasaban la barrera de los 50 años". En 2020, según relata Carmen -que ya es abuela- Agustín comenzó a cambiar. «Quería ponerse ropa interior femenina en momentos íntimos. Pensé que podía ser fetichismo pero después me decía que se sentía mujer y me pidió permiso para hormonarse. Nunca ha querido cambiar de sexo», detalla.

«Le dije que si él quería ese camino, yo le acompañaría pero como amiga, nunca como pareja porque soy heterosexual», recuerda.

A Agustín eso le puso de mal humor, se mostró agresivo y vejatorio. Carmen, inquieta, puso un candado en su habitación.

El pasado 15 de agosto Carmen llegó a casa de cuidar a sus nietos por la tarde. Agustín había forzado el candado de su habitación y había revuelto todas sus cosas. Cuando Carmen quiso protestar, Agustín respondió con palabrotas y "empezó a darme empujones, golpes, me intentó quitar el móvil. Yo tenía sangre y arañazos".

Ella fue al hospital para hacer un parte de lesiones y poder denunciarle.

Sorpresa: para el Estado, Agustín lleva 5 meses siendo mujer

Pero la sorpresa llegó cuando los agente autonómicos le dijeron que "Agustín se había cambiado de género cinco meses antes, en marzo" y que "mi ex pareja tenía, ahora, nombre de mujer a efectos oficiales".

El Mundo asegura que Agustín pasó a llamarse Julia el pasado 28 de marzo en el Registro Civil tras haberlo solicitado un mes antes. En aquella primera visita, presentó el correspondiente peritaje psicológico que acreditaba que llevaba dos años con la intención de modificar su género y con los informes que demostraban que estaba hormonándose.

La abogada de Carmen -feminista contraria a estas leyes de cambio de sexo "a demanda"- señala que si defendida "ahora no tiene derecho a nada y no sólo a nivel penal sino también social».

Como alertaron muchas feministas -y también personas de otros entornos- la Ley Trans desprotege a las mujeres reales y aumenta el caos jurídico.

Pero el absurdo empezó ya con las leyes de Rodríguez Zapatero que castigaban de forma distinta la violencia contra un hombre que contra una mujer, y desplazaban la carga de la prueba contra los hombres por el mero hecho de serlo.

Este caso mostraría que si ser hombre es una categoría legalmente incómoda, y cambiar de categoría es fácil, se hará.