Desde este lunes y hasta el próximo miércoles 15 de noviembre se está celebrando en Madrid la XXIV Asamblea General de la Conferencia Española de Religiosos (Confer) donde los representantes de las distintas órdenes religiosas analizarán cómo intentar frenar la enorme crisis vocacional que viven en estos momentos.

En esta jornada inaugural ha intervenido monseñor Jesús Catalá, obispo de Málaga y presidente de la Comisión para la Vida Consagrada de la Conferencia Episcopal Española. El prelado ha definido el momento actual de la vida religiosa española como “tiempos recios” alertando de la gravedad de la situación.


“Estamos viviendo un desierto vocacional a todos los niveles de la vida consagrada –sacerdotes, religiosos, religiosas, monásticas- si nos ceñimos a España, y podemos ampliarlo a Europa”, afirmó el obispo de Málaga.

Catalá invitó a los religiosos a “apoyarse mutuamente” para superarlo y a cambiar ciertas dinámicas que han resultado no funcionar.

De este modo, explicó que “a veces en la Iglesia hacemos procedimientos de clonación, en un colegio vamos pasando a todos los alumnos de curso en curso, o tenemos grupos de jóvenes más o menos numerosos, o las catequesis de una parroquia con 300 niños. Tenemos que pasar de ese sistema al acompañamiento personal”.


Haciendo autocrítica, Catalá ha asegurado que “quizá” durante las últimas décadas se ha ido “perdiendo” el tiempo de acompañamiento y ha lamentado que los sacerdotes pasen ahora menos tiempo que antes sentados en el confesionario. “Yo siempre les digo a mis sacerdotes que no deben esperar en la sacristía a que les pidan la confesión. Eso es una barrera que ponemos”, agregó, tal y como recoge Europa Press.

Por su parte, la presidenta de la Confer, María Rosario Ríos, ha resaltado durante la apertura de la Asamblea que los jóvenes necesitan “figuras de referencia cercanas, creíbles y coherentes”.

"El Sínodo nos ha hecho una llamada concreta a atrevernos a hacer camino con los jóvenes, camino nuevo, no desde nuestros esquemas sino desde donde están, desde lo que son", ha precisado. Además, añadió que el encuentro con los jóvenes invita a los religiosos a "volver a examinar" su "comportamiento" y a "poner en cuestión" sus "certezas". "Acompañarlos en su camino de algún modo nos pone delante un espejo y hace que nos preguntemos cosas", explicó.