Extremadura, que recortó la asignatura escolar de religión a una sola hora semanal, tendrá que volver a ofrecer dos horas en el próximo curso, según dictamina el Tribunal Superior de Justicia de Extremadura (TSJEx), que pide que se haga así sin esperar a que se pronuncie a nivel nacional el Tribunal Supremo, porque podrían pasar varios años durante los que se perjudicaría irremediablemente a los estudiantes y familias que piden la asignatura de religión. 

Extremadura, con un millón de habitantes, gobernada por el Partido Socialista, con Guillermo Fernández Vara como presidente automómico, es una de las autonomías en las que se ha aprovechado la normativa de la LOMCE para intentar reducir al máximo la clase de religión hasta hacerla casi invisible en la educación secundaria. Pero los Tribunales Superiores de las distintas regiones españolas, a instancias de las diócesis, están sentenciando contra esas prácticas. 

El tribunal extremeño ya sentenció en enero que el recorte de horas a la clase de religión era ilícito: lo que sentencia ahora es que no cabe esperar a que se manifieste sobre el tema el Tribunal Supremo: la Junta de Extremadura debe arreglar la situación y cumplir ya en este nuevo curso. 


El TSJEx ordena a la Consejería de Educación retirar el decreto de currículo de la ESO y Bachillerato aprobado el pasado mes de julio, en el que la clase de religión (que solo se cursa cuando lo pide la familia) pasa a tener solo una hora semanal en la ESO y en 1º de Bachillerato (en el que además la materia se vincula a cursar también Ética y Ciudadanía) y no se oferta en 2º de Bachillerato.

«El Supremo puede tardar años en pronunciarse y mientras se debe ejecutar la sentencia cuanto antes», explica el abogado de las diócesis, Francisco Lamoneda.

La Consejería de Educación se hace la remolona, proclama que no quiere dar más carga horaria a esta materia ni volver al curriculo anterior y anuncia un recurso de reposición contra el auto del TSJEx, pero en ambientes judiciales todos creen que el recurso no prosperará

La Consejería de Educación, controlada por los socialistas, argumenta que devolver a la Religión la hora que le quitaron «supondría un perjuicio para las asignaturas troncales» y supondría «suprimir los programas educativos de refuerzo» para alumnos "con dificultades".


Pero el TSJEx responde que esas razones no se sostienen. «No se acredita la concurrencia de perjuicios de imposible o difícil reparación que impidan acceder a acordar dicha ejecución provisional», dice el auto. Añade que cumplir la sentencia «no conlleva un importante aumento de costes ni afectación presupuestaria». 

El TSJEx incluso explica que los que están de verdad perjudicados por la acción gubernamental son las familias que quieren religión, ya que «perderían la oportunidad de recibir la enseñanza en los términos de la sentencia y ello sí que no puede ser reparado ni compensado» y además, «se ven obligados bien a cursar otra asignatura de manera obligatoria, bien a aumentar el número de asignaturas a cursar», recoge el auto.