La segunda jornada del III Foro Internacional Familia y Mujer, organizada por la Fraternidad de Agrupaciones de Santo Tomás de Aquino (FASTA), insistió en sus ponentes en subrayar la naturaleza humana dada, creada a imagen de Dios, como fundante de su dignidad, que distintas corrientes como el culto al cuerpo, el antinatalismo, el transhumanismo y la ideología de género quieren pulverizar. Este evento se desarrolla en el pueblo madrileño de El Escorial (Madrid) hasta mañana, domingo y cuenta con la presencia de más de 120 personas de distintos países (Ecuador, Colombia, Perú, Congo) y también de varias ciudades españolas.

“La antropología adecuada es la que entiende quién es el hombre y su significado perenne”, afirmó María Teresa Russo, filósofa y catedrática de bioética de la Universidad de Tre (Roma). Para la docente “decir cuerpo es tener una materia -eso lo tienen también los animales-, pero el hombre tiene que vivir su significado, esto es, percibir el valor del propio cuerpo”. En este planteamiento, Russo aclaró el paso importante “del significado al valor, de la antropología a la ética, ya que el cuerpo no es algo que se lleve encima, es precisamente el yo corpóreo, como nos expresamos cada uno de nosotros, que se traduce, por ejemplo, hasta en el corte de pelo”, enfatizó.

Russo recordó que el cuerpo es tan inseparable de nosotros que sufre y se utiliza muchas veces como “arma de guerra, de protesta, como realizan las Femen, o como incubadora de un nuevo ser”.

La esquizofrenia de la cultura actual
La profesora romana argumentó que “la filosofía acentúa la ambivalencia del cuerpo (la empatía se ve en la cara); el cuerpo refleja a la persona, pero por otro lado, hay que descifrarlo y no siempre nos expresa claramente. De ahí su carácter epifánico y enigmático”.

Consideró también lo que a su juicio es una manifestación de la esquizofrenia de la cultura moderna, como es la desconsideración hacia el cuerpo-naturaleza que propone la ideología de género y, por otro lado, su exaltación frívola por el culto al cuerpo “que se oficia en los nuevos templos (gimnasios) y con los nuevos sacerdotes (dietistas, entrenadores personales…).

Se preguntó sobre la belleza y, sin dejar de reconocer la belleza armónica, recordó el gesto del Papa Francisco cuando abrazó a una persona con una enfermedad rara, aspecto por el cual nunca había sido abrazada por su familia por esta razón, y que manifestó cuando lo hizo el Pontífice que fue “como haber tocado el cielo”.

Las políticas antinatalistas de la ONU dictadas por la masonería
Tras las conferencias sobre la interioridad del varón y de la mujer, esta última basada en las consideraciones de la filósofa judía convertida al cristianismo Edit Stein concluyó la jornada matinal, para dar paso a primera hora de la tarde, con la intervención del profesor del CEU Alberto Bárcena. Acusó a la masonería de estar detrás de todas las políticas abortivas y antinatalistas que ha propiciado la ONU en los últimos años, organismo, dijo, “que ha supeditado las ayudas económicas a los países subdesarrollados a que las pusieran en práctica”. No en vano la intervención de Bárcena se llamó “Crisis demográfica o espiral de la muerte”. El profesor de Historia del CEU denunció la existencia de “una ingeniería social que va en contra de los derechos fundamentales del hombre” y acusó a la ONU “de tratar de eliminar la fertilidad en el planeta”.

Puntualizó, por ejemplo, que “en España, la natalidad se encuentra por debajo de la tasa de reposición, por lo que –subrayó- vamos a la extinción”. Abundó en esta línea, indicando que “el porcentaje de la población joven en España se ha desplomado, mientras  que tenemos un cien por cien más de jubilados que en 1970”. Las políticas económicas y laborales no ayudan a revertir la situación y muchas “mujeres tienen que renunciar a ser madres, porque se encuentran toda clase de trabas para llevar a cabo la maternidad”.

En esta vorágine antinatalista está también nuestro país, con las políticas desfavorecedoras de la maternidad realizadas desde los gobiernos central y autonómicos. Esto sucede, denunció porque “no hay ningún partido en España que no tenga infiltración masónica”, organización plurinacional que es la que comanda estos planteamientos en todo el mundo.

Transhumanismo e ideología de género: naturaleza y humanidad
Para concluir la jornada, Elena Postigo, doctora en bioética y profesora de la Universidad Francisco de Vitoria, abordó el paradigma transhumanista, del que aseguró que es “un intento de “reducir únicamente al ser humano a su componente biológico, de igual modo que persigue la ideología de género; ambos intentan eliminar la naturaleza humana, como dada”.

Denunció que está corriente propuesta por intelectuales transhumanistas en universidades de élite de Estados Unidos e Inglaterra persigue “el deber moral de mejorar y alterar al ser humano, para hacerlo más perfecto, desechando en el camino a los imperfectos, en principio en el laboratorio, pero luego quién sabe hasta dónde quieren llegar”. Recordó que manipulan a óvulos de laboratorio y dijo que su “objetivo es llegar al posthumanismo sin poner cortapisas a que pueda ser un ser mitad hombre, mitad máquina”.

Sus aplicaciones llegan al terreno de la moral, creando, dijo, “fármacos y sustancias que alteran y potencias nuestras facultades intelectuales”, o aplicaciones para modular el carácter “que controlan mediante fármacos”.
Recordó que el propio Fukuyama ha alertado sobre los efectos que podrían tener estas prácticas, lo que le llevó a calificar “el transhumanismo como la ciencia  más peligrosa de nuestros días”.