La pasada semana estuvo en España Johannes Heereman, presidente ejecutivo internacional de Ayuda a la Iglesia Necesitada para presentar al nuevo presidente de esta organización en España, Antonio Sáinz de Vicuña. En una entrevista para la propia fundación pontificia, el presidente internacional analiza la importancia de España en la misión de AIN:


-La oficina de ACN en España es una de las tres más importantes, dentro de las 22 oficinas internacionales. Esto es debido al desarrollo realizado durante estos últimos años. Me han impresionado mucho sus avances de renovación, está a la cabeza de la innovación de nuestra organización. Los ingresos han crecido mucho, y ha comenzado una nueva actividad para concienciar a la gente sobre rezar por la Iglesia perseguida y para que hagan donaciones. Está en un buen camino.


- Es una pregunta difícil para mí porque no vivo en España. Pero creo que la mirada de la Iglesia perseguida ha crecido mucho en España en los últimos años. Cada vez se oye más en los medios de comunicación. Esta es una parte de nuestra misión, informar a todo el mundo de la situación de los cristianos perseguidos en muchos países del mundo. ACN España ha contribuido a que esto sea posible.


Tuve la oportunidad de visitar al Papa Francisco el pasado abril, para presentarle nuestra campaña del Año de la Misericordia. Él estaba muy impresionado. Fue una audiencia en la que había recibido a mucha gente. Tuve la sensación de que estaba muy cansado, pero en cuanto le hablamos de nuestra contribución para el Año de la Misericordia, él se mostró muy amable, con un corazón ardiente por la Misericordia. Éramos unas cinco personas, estaba nuestro Presidente el Cardenal Mauro Piacenza, quedamos muy impresionados por su compromiso y su amor a los pobres.


- Él agradeció mucho a nuestros benefactores por dar la posibilidad de apoyar a la Iglesia perseguida. Nos dijo que la Misericordia es el centro de nuestra misión. Él apoya mucho nuestro trabajo. Reza por nosotros y nos dio varios proyectos que hemos apoyado en el Año de la Misericordia.


- Es muy importante tener una experiencia personal, no solo leer y escuchar informaciones. Estuve en Irak justo después de la caída de Mosul, en la ciudad de Erbil, en medio de los refugiados cristianos que realmente han sufrido mucho porque estaban en los terrenos invadidos por Daesh. Estaban viviendo en la casa del obispo, no tenían suficiente comida. Nosotros pudimos ayudarles de forma concreta, gracias a las donaciones de nuestros benefactores. Gracias a ello este año hemos podido ofrecer proyectos por un valor de 5 millones de euros para alimentación, alojamientos, y ofrecer escuelas. Para los refugiados, el mayor problema es que sus hijos no tengan futuro. Por eso es muy importante que los niños tengan posibilidades de educación. En eso estamos muy centrados.




- Cuando comencé en ACN hace cinco años, había diecisiete oficinas. Después de esto ha habido varios cambios. Pensamos que era el momento en el que la organización debería crecer. Empezamos abriendo nueva oficina en - Colombia, luego en México, que ha recibido mucho apoyo por parte de la oficina de España. Después fue Malta, apoyada por la oficina de Reino Unido. Y después empezamos en Corea del Sur, algo que fue complicado. Después de la nueva oficina de Corea del Sur hace dos años, ahora hemos comenzado en Filipinas.

Es un país completamente católico, más del 80% son católicos. Es gente muy comprometida, la mayor parte va a Misa cada domingo. No como en Europa que solo un 10, 15% acude a Misa. Hemos abierto la oficina hace dos meses, con una conferencia sobre la Iglesia perseguida. Es muy alegre ver cómo podemos crecer con nuestras actuales oficinas. Hemos pasado en estos últimos 5 años de 80 millones de euros recaudados por año a 120 millones. Podemos ayudar mucho más. Hemos crecido en número de proyectos. El año pasado pudimos apoyar más de 6.000 proyectos. Esperamos que con más oficinas podamos ayudar incluso más en el futuro.


- Los benefactores son la esencia de nuestra organización. En España tenemos un número creciente de benefactores, como podemos ver a través también de los medios digitales, con muy buenos resultados. Pero esencialmente, los benefactores regulares, que llevan años apoyándonos, con muchas donaciones, son de lo que vivimos y por los que nos movemos, no solo con donaciones sino con oraciones. Tratamos de construir un puente entre la Iglesia perseguida y los benefactores. Es un puente vivo de oraciones y ayuda. No podríamos vivir sin los benefactores. Hay muchas razones para darles muchas gracias.

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