Este domingo fue clausurado el XVIIIº Congreso Católicos y Vida Pública, convocado por la Acción Católica de Propagandistas y la Universidad CEU-San Pablo bajo el lema Yo soy cristiano. Hechos y propuestas.

La intervención final correspondió a Leopoldo López Gil, padre del preso político venezolano Leopoldo López, con una ponencia sobre la libertad como eje fundamental del cristiano. Durante su intervención, leyó unas notas escritas por su hijo desde la cárcel en las que afirma que Dios y su familia son su gran apoyo y afirma: “Estamos presos, pero somos libres. Nuestros cuerpos están encerrados, pero nuestros pensamientos son libres”. Asimismo, definió la libertad como “la posibilidad de tener los derechos humanos y disfrutarlos” y la democracia como “un sistema que promueva y garantice que todos los derechos sean para todas las personas”.


Momento de la detención de Leopoldo López en febrero de 2014.

Durante el acto, la secretaria general de la Asociación Católica de Propagandistas, Sirga de la Pisa, leyó el manifiesto del Congreso, que entre otras cosas afirma:

-"pedimos que se protejan nuestros derechos y libertades básicas, entre las que se incluye educar cristianamente a los hijos, tanto en la familia, como en los centros educativos elegidos por los padres";

-"pedimos a las autoridades españolas que no olviden que la religión católica es mayoritaria en nuestro país y que nuestra Constitución garantiza un elenco de derechos y libertades para todos los ciudadanos";

-"pedimos a las autoridades internacionales que luchen infatigablemente por proteger a los cristianos perseguidos en todo el mundo";

-"España y Europa no se entienden sin el cristianismo. Las raíces culturales cristianas, unidas a la tradición grecorromana, han impregnado nuestras formas de pensamiento y organización social, creando un generoso espacio de libertad y prosperidad";

-"recordamos que los derechos humanos se inspiran en los Evangelios y en la Teología cristiana... Que negar la trascendencia del cristianismo en Europa y en España deja huérfanas a nuestras sociedades";

-"en este momento en el que muchas certezas parecen tambalearse y el camino se hace difícil, reafirmamos los valores cristianos como los cimientos para edificar una sociedad mejor".

Por su parte, el director del Congreso, Rafael Ortega, considera que este encuentro era "necesario para acabar con tanta 'tibieza'" y reitera una de las ideas del manifiesto: "No podemos entender a España y a Europa sin el cristianismo".