Manos Unidas, la ONG española de la Iglesia católica, realiza una importante labor por el mundo llevando la caridad y el amor cristiano a los más pobres del mundo. Este fin de semana la Asamblea Ordinaria ha reelegido, en primera votación, a Clara Pardo Gil presidenta de la organización para los próximos tres años. Clara Pardo deberá ser ratificada en el cargo por la Conferencia Episcopal Española.

Clara Pardo entró a trabajar en Manos Unidas como voluntaria en el año 2002. Desde entonces, desempeñó su tarea en el área de Proyectos de Manos Unidas, primero en el departamento de África y, posteriormente, en el de Asia, hasta que, en mayo de 2016, fue elegida presidenta por la Asamblea de Delegadas.

Tras su reelección como presidenta, Clara Pardo ha apelado al compromiso, la solidaridad, la responsabilidad y la unidad de todos los que forman Manos Unidas “para poder, así, dar continuidad, en las mejores condiciones, a esa batalla contra el hambre que iniciaron nuestras fundadoras hace ya 60 años”

Las delegaciones, fundamentales para Manos Unidas

Para la recién reelegida Presidenta de Manos Unidas, las 72 delegaciones, “todas y cada una de ellas, con su propia idiosincrasia, sus peculiaridades y su forma de trabajar, son fundamentales para llevar a cabo la misión de la organización”.

“Todas juntas debemos ser capaces de dar respuesta, como parte de nuestro compromiso cristiano, a las inquietudes que nos llegan desde los países del Sur”, asegura Pardo.  

En un mundo que cambia muy deprisa, Manos Unidas sigue teniendo grandes retos por delante, pero “nunca debemos perder el espíritu que llevó a las mujeres de Acción Católica a fundar Manos Unidas: la utopía de hacer desaparecer las fronteras del hambre en el mundo y sus causas”, señala la presidenta de la Organización. 

Clara Pardo es madrileña, está casada y es madre de dos hijos. Tras licenciarse en Derecho y Económicas por la Universidad de Comillas, durante años ocupó puestos de responsabilidad en el sector de la empresa y la banca.