Cuando los Gobiernos europeos se enfrentan por el futuro de los cientos de miles de refugiados llegados al continente tras jugarse la vida, una pequeña congregación de religiosas establecida en Andalucía, en los municipios malagueños de Antequera y Archidona, ha decidido pasar a la acción y aportar su granito de arena ofreciéndose a acoger a 40 de estas personas.

La comunidad de religiosas de la Orden Mínima (www.minimas.org) firmó este jueves un «contrato de cesión» de una parte de su convento en Antequera –el monasterio de Santa Eufemia– para la acogida a refugiados.

Las monjas señalaron que su deseo es que los que peor lo están pasando puedan «sentir la acogida y el calor de la Iglesia», de ahí que a través de ese convenio se pone a disposición de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR, www.cear.es) 40 plazas de acogida en el mencionado edificio.

El acuerdo incluye la puesta en marcha de una comisión de seguimiento formada por dos religiosas, dos miembros de CEAR y un representante de Cáritas Diocesana de Málaga.

La orden de las Monjas Mínimas estaba implantada en la localidad antequerana y en el municipio de Archidona, pero hace algo más de cuatro años se confirmó su fusión con un decreto por la Congregación Romana para los Institutos de Vida Consagrada.

Esta medida se adoptó, según informó en su momento la Diócesis de Málaga, por «la disminución de vocaciones» y «para la mejor formación de las jóvenes novicias».

La orden se estableció en Antequera en 1601, año en que diez monjas procedentes del convento de Archidona, donde estaban instaladas desde 1551, fundaron un convento junto a la antigua ermita de Santa Eufemia.

El lavado de ropa en seco es, junto a la elaboración de dulces de artesanía, el sustento económico de la comunidad.

El convento de Santa Eufemia, donde se acogería a los refugiados, es de gran valor artístico y fue restaurado en la década de los noventa.