El obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, ha presidido la Misa del día de San Sebastián, que como todos los años se ha celebrado en la Basílica de Santa María, con presencia de autoridades y en la que han participado los niños de la tamborrada de Euskal Billera, una de las más antiguas y entrañables de la ciudad.

En su homilía, el obispo José Ignacio ha destacado que las fiestas son un signo de nuestro deseo de felicidad; felicidad para la que nos creó Dios, “una felicidad con límites en esta vida y plena en la vida eterna”.

Ha subrayado que la felicidad no solo depende de parámetros objetivos y que prueba de ello es que gozando de prosperidad y de bienestar, nuestra sociedad presenta niveles de felicidad notablemente inferiores a los de otros pueblos menos ricos.



En este sentido, D. José Ignacio ha señalado las cuatro claves que, en su opinión, hacen posible la felicidad.

ante los dones recibidos: Es mucho más feliz quien, teniendo una sola oveja en su rebaño, posee la sensibilidad y la sabiduría interior de saberse un privilegiado por ello; que aquel otro que, poseyendo cien ovejas en su rebaño, no es capaz de disfrutar, ni de emocionarse, ni de pronunciar de manera sentida la palabra “gracias”…

: “la conflictividad en la convivencia social suele esconder otros problemas interiores... Una buena prueba de esto la tenemos en las redes sociales, que no dejan de ser un espejo de nuestra sociedad, en el que no solo se reflejan los grandes ideales de muchos usuarios, sino también la amargura y el espíritu violento de no pocos.

o un espíritu de entrega generoso: Y es que, la felicidad no es un fin en sí misma, sino la consecuencia de haberse entregado a un ideal auténtico y valioso. Dicho de otro modo, la felicidad y el narcisismo son radicalmente incompatibles.

. Este es, en opinión del obispo donostiarra el factor más determinante que condiciona los tres primeros. Uno de los mayores dramas que provocan la infelicidad en nuestra sociedad es la ruptura matrimonial, así como la crisis de valores en torno a la familia. Esto explica por qué una sociedad del bienestar, como la nuestra, no es capaz de garantizar nuestra felicidad.


En su homilía del día de San Sebastián D José Ignacio Munilla también ha subrayado el compromiso de la diócesis con los afectados por la guerra de Siria e Irak y ha dado cuenta de las ayudas que se han destinado y se destinarán en los próximos meses a tal fin.

Son ayudas que se vienen realizando desde el pasado mes de noviembre, mes en el que se enviaron 100.000 €, a los campos de refugiados situados en el norte de Irak; dinero que está siendo gestionada por Cáritas Internacional.

En el mes de diciembre Cáritas de Guipúzcoa envió otros 100.000 € para sostener la obra educativa que las religiosas Hijas del Sagrado Corazón llevan a cabo en Erbil, en favor de la escolarización de los niños de las familias huidas de Mosul.

Y esta misma semana Cáritas de Guipúzcoa ha enviado la cantidad de 100.000 € para los refugiados en origen, en concepto de alimentación y ayuda para la vivienda, que serán distribuidos por Ayuda a la Iglesia Necesitada, Fundación Pontificia Internacional que socorre especialmente a los cristianos perseguidos.

Vídeo de AIN en YouTube explicando los escenarios de ayuda a refugiados en el punto de origen


Así mismo, José Ignacio Munilla ha anunciado nuevas partidas para fechas próximas. Así, ha dicho, a estos apoyos se sumarán próximamente dos nuevos proyectos:

- uno, a través de los Hermanos de La Salle, que consistirá en el apoyo a la escolarización de niños y niñas atendidos en los campos de refugiados del Líbano y Jordania, que supondrá una cantidad de 120.000 €;

- y el otro proyecto, consistente en la ayuda a Cáritas Jordania para la atención de las necesidades básicas de personas acogidas provenientes de Siria e Irak, con un montante de 100.000 €.