La muerte por coronavirus de Juan del Río, el arzobispo castrense de España, con 73 años, ha causado consternación en la Iglesia española, en las Fuerzas Armadas, entre el clero castrense y entre numerosas autoridades públicas, incluyendo el Rey Felipe VI.

La catedral de las Fuerzas Armadas en el centro de Madrid es donde descansan ya los restos del arzobispo, como sucedió con su antecesor, el cardenal José Manuel Estepa Llaurens. Allí ha sido depositado tras el funeral oficiado este sábado al mediodía, presidido por el cardenal Juan José Omella, presidente de la Conferencia Episcopal, y concelebrada con el Nuncio Bernardito Auza y un grupo reducido de sacerdotes y obispos.

Allí estaba también Carlos Jesús Montes, vicario general de la archidiócesis, que automáticamente asume las funciones de ordinario de las Fuerzas Armadas mientras no se designe un obispo para el cargo. Montes agradeció la muestras de cercanía recibidas en la última semana y transmitió un mensaje en nombre de la familia.

En las horas previas de la mañana, y también el día anterior, la catedral castrense acogió diversas misas por el descanso del difunto, a las que acudieron representantes de las Fuerzas Armadas, Cuerpos de Seguridad y del Ministerio de Defensa. Todas pueden verse en el canal de YouTube del arzobispado castrense.

'La muerte no es el final'

Los restos del arzobispo se sepultaron en el presbiterio de la catedral de las Fuerzas Armadas, en un acto íntimo en presencia de sus familiares, después de que se cantara el famoso tema ‘La muerte no es el final del camino’.

En la homilía, Omella reconoció que “este virus no perdona, no hace diferencias entre personas, condición social, religión, cultura, razas… Este virus nos ha unido a todos en la fragilidad, nos ha recordado a todos nuestra condición vulnerable”, apuntó. “El virus nos hace recordar que estamos en manos de Dios y Él sabe sacar fuerza de la debilidad”.

Agradeció el trabajo de Juan del Río acompañando espiritualmente a los militares según su lema tomado del profeta Isaías: “La obra de la justicia será la paz”. “Trabajó en esa hermosa labor humanitaria de poner paz y solidaridad en todos los lugares del mundo y de la sociedad”, afirmó Omella. Recordó su iniciativa de crear Cáritas Castrense y su apoyo a los militares en sus tareas constantes contra el coronavirus.

“Que este buen pastor, su Dios, su Bien, le acoja en la vida eterna. Hermano Juan del Río descansa en paz en los brazos del Señor. Amén”, concluyó su homilía.

Por su parte, el nuncio Bernardito leyó, al final de la celebración, un telegrama con el pésame del papa Francisco dirigido a la familia y a los fieles.

Aquí una de las misas por el difunto arzobispo en la tarde del viernes

El Rey visitó la capilla ardiente el viernes

Por su parte, el Rey Felipe VI acudió el viernes por la tarde a la capilla ardiente en la catedral castrense. Además, a través de un telegrama, los Reyes de España transmitieron su pésame al papa Francisco, alabando “su gran humanidad, sus profundos valores y su servicio al arzobispado castrense y a las Fuerzas Armadas de España; así como su cercanía con toda la Familia Real”.

También acudieron a la capilla ardiente los Jefes de Estado Mayor del Ejército de Tierra y del Ejército del Aire y el Jefe del Cuarto Militar, según recogió Europa Press. Antes de las autoridades militares, durante la mañana del viernes el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, también acudió al templo donde destacó que el arzobispo era un “amigo” apasionado “por el anuncio del Evangelio”.