El arzobispo de Madrid, el cardenal Carlos Osoro, presidirá el sábado 12 de diciembre en la catedral de Santa María la Real de la Almudena, la apertura del proceso diocesano de tres causas de martirio promovidas por la archidiócesis de Madrid, la diócesis de Getafe, la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP), la Acción Católica de Madrid y la Acción Católica de Getafe, con un total de 140 siervos de Dios. Todos ellos fueron víctimas de la persecución religiosa en España en la década de 1930.

Se trata de estas tres causas:

-Timoteo Rojo Orcajo y 60 compañeros, sacerdotes diocesanos.

-Rufino Blanco Sánchez y 70 compañeros, laicos.

 - Isidro Almazán Francos, y 7 compañeros laicos de la Asociación Católica de Propagandistas.

En la celebración participarán monseñor Ginés García Beltrán, obispo de Getafe; el cardenal Antonio M.ª Rouco Varela, arzobispo emérito de Madrid; monseñor Fidel Herráez, arzobispo emérito de Burgos y consiliario de la ACdP; monseñor Juan del Río, arzobispo castrense; monseñor Joaquín M.ª López de Andújar, obispo emérito de Getafe; monseñor Juan Antonio Martínez Camino, SJ, obispo auxiliar de Madrid y encargado de la Pastoral de la Santidad de la diócesis, Alberto Fernández, delegado episcopal para las Causas de los Santos, entre otros.

También están invitados a asistir los miembros del Consejo Episcopal y del Cabildo catedral. Y participarán también como partes coactoras de las causas el presidente y consiliario de la Acción Católica de Madrid, la presidenta y el consiliario de la Acción Católica de Getafe, y el presidente de la ACdP.

Federico Salmón fue ministro de Trabajo en dos ocasiones durante la II República. Fue fusilado en Paracuellos en 1936

Monseñor Juan Antonio Martínez Camino, obispo auxiliar de Madrid y delegado para las Causas de los Santos del Arzobispado, ha hecho un recorrido de estos siervos de Dios y recordaba que “Timoteo Rojo Orcajo, de 45 años, era el canónigo archivero de la Catedral de San Isidro”. Según explicó, “a él le debe Madrid que el cuerpo incorrupto de San Isidro Labrador no hubiera desaparecido en la revolución, pues se encargó, con otros compañeros, de buscarle un buen escondite. No consiguieron arrancarle el secreto”.

Sobre Rufino Blanco Sánchez, de 75 años, indicó que “era un sabio maestro y pedagogo, muy conocido en los ambientes de su especialidad, cofundador de la Escuela de Estudios Superiores del Magisterio”.

“En marzo de 1936 había ingresado en la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, con un notable discurso, en el que no ocultaba la honda inspiración religiosa de su ciencia y de su vida. Tuvo nueve hijos, de los cuales, Julián, periodista, que se encontraba en casa de su padre cuando llegaron los revolucionarios en busca del anciano paladín del magisterio católico, no quiso dejarlo solo y lo acompañó al martirio”.

El tercero de los mártires que encabeza el proceso de estos 140 siervos de Dios es Isidro Almazán Francos, de 45 años, “maestro, también entregado al apostolado de la enseñanza, era el presidente de la Federación de Maestros Católicos”.

Junto a ellos "hay personas de muy diversas edades y condiciones sociales. Desde jóvenes sacerdotes recién ordenados, como el coadjutor de la parroquia de San Lorenzo de El Escorial, de 25 años, Juan Álvarez Reyero, hasta el que había sido deán del Cabildo catedral y decano del Tribunal de la Rota, de 94 años, José Fernández Montaña”.

 En estas causas hay también “desde un abogado del Estado y ministro de la República, Federico Salmón Amorín, y un empresario y diputado por Vizcaya, Marcelino Oreja Elósegui, hasta dos carniceros del barrio de La Paloma, Marcelino Panizo Celorio y Marcelino Panizo Rodríguez, padre e hijo”.

Igualmente, aparecen “labradores de Los Molinos o maestras y empleadas de Pinto, las catequistas Valentina Pascual y compañeras”. El obispo auxiliar recalcó que “a todos les une el haber dado la vida por la fe en Jesucristo, perdonando como Él a sus perseguidores”.