El arzobispo de Valencia, el cardenal Antonio Cañizares, se ha preguntado hoy si en "esta invasión de inmigrantes" y refugiados que a su juicio registra Europa "es todo trigo limpio", por lo que ha pedido prudencia a los gobiernos ante lo que considera "el caballo de Troya" en las sociedades europeas.

Así ha respondido hoy Cañizares, tras su intervención en un desayuno del Fórum Europa-Tribuna Mediterránea, al ser preguntado por si los diferentes gobiernos y la Iglesia están haciendo lo suficiente o lo correcto con los inmigrantes que llegan al oeste de Europa huyendo de países en conflicto, como Siria.

Según el arzobispo, "parece que hay más gestos y propaganda" de atención a los refugiados sirios, pero "también hay mucha realidad viva" que se está llevando a cabo con estas personas, aunque "de manera prudente" porque, según se ha preguntado: "Esta invasión de inmigrantes, ¿es todo trigo limpio?".


"¿Cómo quedará Europa dentro de unos años, con la que viene ahora? No se puede jugar con la historia ni con la identidad de los pueblos", ha aseverado, y ha considerado que los gestos de acogimiento a estas personas "pueden quedar muy bien hoy" pero estas son "realmente el caballo de Troya en las sociedades europeas".

Cañizares, que acaba de cumplir un año de oficio en Valencia, ha sugerido "ver quién está detrás de todo esto", al tiempo que ha sostenido, refiriéndose a los refugiados, que "vienen perseguidos muy pocos", y que son a estos a los que está acogiendo y atendiendo la Iglesia.


En otro momento del desayuno informativo ha afirmado, interrogado por "si la crisis justifica los recortes sociales" acometidos por el Gobierno, que no ve en la actualidad a "más gente pidiendo en la calle o viviendo bajo un puente que antes", y ha defendido que el país vive hoy "una recuperación económica que hay que reconocer".

Ha abogado por "no ir unos -partidos políticos- contra otros", sino, "en tiempos recios y difíciles" como este, "hacer entre todos".

También ha criticado que los medios de comunicación hablan "solo" de la corrupción económica, cuando "también hay corrupción ética, y eso sí es corrupción porque menoscaba al ser humano".

Sobre la "oleada de movimientos populistas" en España como partidos de nuevo cuño, ha dicho que estos "se descalifican porque no tienen la base y sustento de una verdad objetiva", y "lo que les une es ir en contra de los demás".

Para avanzar, "culparse unos a otros es estéril" y "no debería haber pescadores de ganancias en río revuelto", ha declarado, y ha destacado la necesidad de "apagar el fuego todos juntos, cada uno desde su responsabilidad".


Del mismo modo, ha insistido en la importancia de la familia como base y eje de la sociedad, y ha criticado a "muchos medios de comunicación" por no mostrar "la verdad y la belleza" de la institución familiar.

El cardenal ha ensalzado la figura de la mujer y su papel social, aunque luego ha expresado con rotundidad su postura ante la posibilidad que se le ha planteado de que en las próximas décadas haya sacerdotisas: "No. No las habrá. La Iglesia no inventa sus cosas. El sacerdocio representa la presencia de Cristo y este es hombre", ha zanjado.

Tras referirse a la "quiebra humana" que a su juicio sufre hoy España, ha resumido que la "actual mayor tarea" de la Iglesia es "evangelizar".

El arzobispo, que ha citado en su alocución a los Papas Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco, ha afirmado, además, que la Iglesia "no es una fuerza política" ni tiene "ningún poder", y ha advertido de que la sociedad necesita una ética y que sin esta, "antes o después, se desmorona".

A la conferencia del arzobispo han asistido la presidenta del PPCV, Isabel Bonig, y el presidente de los populares en la provincia de Valencia, Vicente Betoret, así como el expresidente de la Generalitat Francisco Camps y el expresidente de Les Corts Valencianes Juan Cotino, entre otros representantes y cargos públicos del Partido Popular.

Pincha aquí para leer la declaración del Consejo de Conferencias Episcopales Europeas tras su última reunión en Jerusalén, donde expresan una posición cautelosa similar a la expresada por el cardenal Cañizares.