El pasado 1 de junio se celebró la asamblea anual de e-Cristians, asociación católica nacida en Cataluña que desde 2001 fomenta la participación de los católicos en la vida pública y el debate social.

Celebrada en la parroquia de Nuestra Señora del Pilar de Barcelona, este año ha tenido como tema central el papel de los cristianos en la política. Así, el presidente de e-Cristians, Josep Miró i Ardèvol presentó y moderó un debate en el que intervinieron Manuel Silva, Josep Manel Silva y Jorge Soley, bloguero de Religión en Libertad.

¿Qué situación hay ahora mismo?

En sus intervenciones, tal y como recoge Forum Libertas, se examinó la situación de los católicos en la política y más en general en la vida pública. Igualmente se trató el peso de la opinión pública en la formación de los valores de la sociedad.

Josep Miró i Ardèvol es presidente de e-Cristians y moderó la asamblea del pasado sábado

Cuatro conclusiones de la Asamblea

De la asamblea de e-Cristians salieron estas cuatro principales conclusiones:

1. La concepción cristiana es marginal en nuestra vida política: presencia, políticas, leyes, criterios. Está ausente, en un grado inédito incluso, en Europa. Hay un gran desequilibrio entre realidad social y presencia política.

2. La democracia representativa, la que canalizan los partidos en las instituciones políticas sufre una fuerte crisis de credibilidad y una notoria incapacidad para abordar los problemas grandes. La democracia ha degenerado en partitocracia: los partidos como fin en sí mismos y no como instrumentos para articular el pluralismo de manera que facilite realizar el bien común.

3. Es un error pensar que la acción política se agota en la democracia representativa, la de los partidos. Hay otra gran vía que otros han ensayado con éxito: la democracia de participación que establece la propia Constitución (art. 23.1).

4. Los cristianos podemos aportar una buena respuesta a los dos retos: necesidad de hacernos presentes y regeneración de la democracia. Simplemente cumplimos dos condiciones:

  1. a) Reunir en una plataforma de trabajo en común con un programa concreto.
  2. b) Actuar en el ámbito de la democracia participativa en las instituciones locales, autonómicas y del estado por los canales reglados, los informales y por nuevas vías.