Hoy sábado serán los protagonistas de un acto singular, probablemente de las confirmaciones más numerosas que se hayan celebrado en Madrid.

Son más de 1.100 jóvenes los que recibirán el sacramento en la explanada de la madrileña catedral de la Almudena, entre ellos, rostros populares como Tamara Falcó.

El cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, presidirá la celebración y administrará el sacramento ayudado por los vicarios episcopales y otros sacerdotes.

De entre esos más de mil cien jóvenes, hay tres amigas que iniciaron juntas el camino hacia la confirmación hace dos años. Pertenecen a la parroquia de San Gabriel de la Dolorosa. Miriam se animó a frecuentar la parroquia porque sus amigas, Ana y María, se apuntaron a catequesis.

Como pasa a muchos jóvenes, el estar acompañados por amigos en una comunidad parroquial les anima a hora de vivir la fe. «Sé que confirmarme no es una meta; quiero seguir el camino de Jesús», dice Miriam.

«Lo que no llevo bien es que no me respeten por ser cristiana. Me duele que digan que es todo mentira o que Dios no existe», dice apenada mientras cuenta que siempre intenta hacer ver a los demás que tener fe es algo bueno. «Lo único que les pido es respeto», indica.

Ana y María se han comprado un vestido para este día. Es una ocasión especial y, lo pequeño y lo grande, lo han preparado con esmero.

«Quiero seguir en mi vida a Cristo. Se crea o no se crea, me parece un ejemplo de bondad para todas las personas», dice Ana.

Ella y sus amigas no estudian en un centro religioso, por eso tuvieron que «buscar una parroquia para recibir formación en la fe», asegura la joven que apunta a que «aunque hay menos jóvenes que creen, los que se confirman hoy lo hacen porque creen de verdad»; como ellas mismas.

La multitudinaria celebración de hoy, que congregará a más de seis mil personas en la plaza de la Almudena entre confirmandos e invitados, se encuentra enmarcada en los actos que la diócesis de Madrid está llevando a cabo en el marco de la Misión Madrid, una iniciativa que la archidiócesis realiza con motivo del Año de la Fe.


«Es un acto bonito. Está bien que la gente vea que hay jóvenes que siguen apostando por esto», cuenta María, la tercera en liza. «Esto» es el testimonio público de la fe, algo que Jorge va a hacer a sus 15 años. También ha pasado dos años preparándose para esta ocasión y confiesa que «es la primera vez que siente, conscientemente, que Cristo está a su lado».

Él y su amigo Ignacio han recibido la catequesis de confirmación en la parroquia de San Jerónimo el Real. Los dos han crecido en el seno de familias católicas y, si bien sus padres les han animado a prepararse para recibir la confirmación, nunca les han obligado.

Ignacio, a sus 16 primaveras, señala que «se confirma porque es su decisión personal. A diferencia, por ejemplo, del bautismo, en el que eligieron mis padres por mí». Los dos jóvenes se han apoyado en esta andadura de la fe. «Ir a misa juntos ha fortalecido nuestra amistad», asevera Ignacio.

Ellos son muy jóvenes pero se confirman seguros de que el sacramento no es el final de un camino sino un hito importante en el mismo.


Y como el tiempo de Dios no es el de los hombres, también se confirma Sara, que tiene 41 años.

Ella, sin dejar de creer, perdió durante unos años el contacto con la Iglesia y la vida de los sacramentos. Sin embargo, algo que no perdió fue el rezo diario del Rosario. Y fue precisamente la Virgen María la que la devolvió a la vida de la Iglesia: «Me cambió la vida Medjugorje», cuenta con emoción. «Aunque no fue hasta cinco años después cuando decidí confirmarme» –indica–, «por eso ahora creo que ya es el momento».

Cinco meses después de aquel primer viaje, volvió al santuario bosnio y comenzó a participar de la confesión «después de bastantes años». «La confirmación una gracia que Dios te regala para avanzar con más fuerza en el camino de la vida», señala. Hoy, víspera de la festividad de Pentecostés, el Espíritu Santo soplará sobre todos ellos.