Las cifras en la mañana del martes 17 son malas: la región de Madrid acumula ya 4.165 infectados por el coronavirus, de los que 213 han perdido la vida.  En toda España los infectados son 11.200 personas y los fallecidos casi 500. Valdemoro, al sur de Madrid, es probablemente la zona que ha sentido con más fuerza el impacto del coronavirus. Las autoridades desde hace diez días se niegan a dar datos desglosados por ciudades, pero en Valdemoro la situación es tal que la seguridad ya no está en manos de la policía, sino que el mando lo ha tomado desde este lunes 16 de marzo la Unidad Militar de Emergencias. Al menos cinco concejales de la ciudad están infectados.

En el hospital de Valdemoro, que disponía antes de la crisis de sólo 8 camas en la zona de urgencias, ahora es todo él una UCI. "Aunque se están habilitando nuevos espacios para los diagnosticados por COVID-19 que requieran de supervisión (solo los casos graves), habrá un momento en que no se podrán crear más", explicaban médicos del hospital. "Ya hemos llegado al límite. No podemos incrementar más camas. El espacio es el que hay". El hospital lleva "al límite" desde el día 6. Faltan mascarillas, falta personas del nivel técnico adecuado, faltan ambulancias adecuadas para trasladar enfermos...

Como explicaba el párroco de El Pilar de Valdemoro a ReL, "los diez curas de aquí debemos estar todos infectados ya". 

Uno de esos curas es, desde el 1 de septiembre, el capellán del hospital (y bloguero de ReL) José Antonio Medina Pellegrini, que es también confesor en la parroquia de Santiago Apóstol de la ciudad.

Rosario a las 17.30 por los enfermos... junto con la capilla del hospital

Ahora el padre Medina invita a todos a orar el Rosario por los enfermos, los sanitarios y los difuntos a las 17.30 h, cada uno desde su lugar, sumándose al rosario que se reza en la capilla del Hospital de Valdemoro.

Los capellanes, con o sin crisis sanitaria, ofrecen sacramentos a los enfermos y también rezan con ellos y sus familias y escuchan y acompañan.

Antes de la crisis la vida espiritual era intensa en el hospital. Cada día en la capilla en la planta baja se rezaba el Santo Rosario y se escuchaban confesiones. Los jueves a las seis de la tarde se rezaba una hora santa pidiendo al Señor Sacramentado por todos los enfermos. Y los domingos y festivos, a la misma hora, se celebraba la misa por esa intención. Todo eso ha quedado reducido al mínimo con las nuevas instrucciones de la diócesis de Getafe.


"Como capellán cada día aprendo a descubrir a Cristo en el dolor, unido en la cruz de los enfermos", explicaba el pasado viernes en una entrevista en una filial local de Cadena Cope. "En el Hospital San Giacomo de Roma se puede leer: 'ven para ser sanado; si no sanado, al menos cuidado; si no cuidado, al menos consolado'. Sanar, cuidar, consolar... son varios horizontes de esperanza. Así llevo a Jesús, buen pastor".

Cuando el paciente llama, el sacerdote está ahí, explicaba. "Nos aproximamos según se nos permita. Los rituales permiten adaptaciones según las circunstancias. Lo importante es que los familiares no tengan miedo de llamar al sacerdote para que el enfermo reciba la gracia de Dios en todas las circunstancias".

Capilla del hospital de Valdemoro: cada día a las 17.30 aquí se reza el rosario por los enfermos y sanitarios

El padre Medina expresaba su admiración por el servicio constante y abnegado del personal sanitario y de servicios del hospital. "Soy testigo, ponen alma, corazón y vida, con cuidado hasta el detalle de los enfermos".