"En toda la Iglesia hoy estamos hablando de nueva evangelización”, afirma Carlos Osoro en el arranque de su carta semanal: "Vamos a tener un Sínodo de Obispos en el que se va a reflexionar sobre este tema tan importante y tan urgente".

Y para contribuir a él, el arzobispo de Valencia propone su reflexión articulada en torno a una idea central: estamos en un periodo de "nueva evangelización" porque "estamos en tiempo de pobreza, se desconoce a Jesucristo".

Por tanto, "en la ´nueva evangelización´, como en toda evangelización auténtica, de lo que se trata es de mostrar el camino de la felicidad, de entregar el verdadero arte de vivir. Y esto tiene un rostro y un nombre: Jesucristo".

"Hay que sacar de un pozo muy profundo", continúa, "al ser humano que ha querido vivir desde sí mismo y por sí mismo, abandonando la experiencia cercana de Dios que se nos ha revelado en Jesucristo y que es quien nos lleva por el camino verdadero, en el cual encontramos la felicidad para nosotros y para todos los hombres".

Cuatro contenidos esenciales
Como método de evangelización, monseñor Osoro propone "el de siempre, dar espacio a Aquél que es la Vida en nuestra vida". Y para ellos son precisos unos contenidos esenciales, que condensa en cuatro:

-la conversión, que "es poner en discusión el propio modo de vivir, es dejar entrar a Dios en los criterios de la propia vida, es comenzar a ver la propia vida con los ojos de Dios";

-la predicación del Reino de Dios, es decir, el anuncio del Dios viviente: "Dios existe, Dios vive. Dios es la realidad más presente, viva y decisiva de mi vida. Hablar de Dios y hablar con Dios es fundamental";
 
-mostrar el rostro de Jesucristo: "Sólo en Cristo y a través de Cristo el tema de Dios se vuelve concreto, es el Dios con nosotros"; y con un recordatorio muy importante: "La cruz pertenece al misterio de Dios y es expresión de su amor. Omitir la cruz es olvidar la esencia del cristianismo";


-anunciar la vida eterna: "Es decir, abrir nuestro corazón y nuestra vida a la misericordia de Dios. Solamente si la medida de nuestra vida es la eternidad, también la vida sobre la tierra es grande y su valor, inmenso".


Pinche aquí para leer la carta completa de monseñor Osoro.