Se podría calificar como de hito histórico que dos personalidades, en las antípodas de creencias e ideas, se hayan reunido ante dos mil personas para debatir, de forma constructiva sobre "El humanismo del siglo XXI".

Uno es representante cualificado del rancio laicismo militante perfectamente ejercido en los ocho años de Gobierno que estuvo de Presidente José Luis Rodríguez Zapatero. El otro, un cardenal de la Iglesia católica, teólogo de reconocida fama y "ministro" del Papa, Don Antonio Cañizares.

Gracias al buen hacer del editor de La Razón, Maurico Casals, amigo de ambos ponentes de lujo, se pudo dar un debate inédito en España, en pleno siglo XXI, ante 2.000 personas que abarrotaban el auditorio "Lienzo Norte" de la ciudad de Ávila.

Era la primera vez que un conocido representante de la no creencia (Zapatero) y, otro, de la creencia (Cañizares), debatían publicamente en nuestro país, como queriendo recordar los debates intelectuales de altura entre el entonces cardenal Ratzinger y el presidente del senado italiano, Marcelo Pera, o el escritor Umberto Eco y el cardenal Carlo Maria Martini, hoy arzobispo emérito de Milán. El marco de este encuentro fue II Escuela de Verano de la Universidad Católica de Ávila (UCAV), que organiza este año junto con el diario "La Razón" .

El moderador del debate fue Francisco Marhuenda, director de La Razón, que optó por dejar hablar a los dos ponentes sin acotarles en el tiempo.
El expresidente del Gobierno reconoció al inicio del debate que su asistencia a este evento de la Universidad Católica de Ávila (UCAv) y del diario "La Razón" había sido "discutida" e incluso ha recibido "algunas incomprensiones".

"Ya ven que mantengo mi espíritu optimista", dijo en tono irónico ante los murumullos o gritos con que fue saludado cuando tomó la palabra. Pero Zapatero no estaba solo. Le acompañaban algunos de sus excolaboradores más estrechos, entre los que se encontraban el expresidente del Congreso, José Bono, el expresidente de la Generalitat y ex ministro de Industria, José Montilla, o los exministros Beatriz Corredor, Miguel Sebastián y Ángel Gabilondo.

También acudieron apoyando a Zapatero el portavoz del PSOE en el Senado, Marcelino Iglesias, y el secretario general de los socialistas de Castilla-La Mancha y alcalde de Toledo, Emiliano García Page, así como el portavoz adjunto del PSOE en el Senado, Antonio Gutiérrez Limones.

Por parte del Partido Popular hicieron acto de presencia el vicepresidente primero del Senado, Juan José Lucas, el exministro abulense Ángel Acebes, y el secretario general del grupo parlamentario popular en la Cámara Alta y presidente del PP de Ávila, Antolín Sanz.

Zapatero señaló que conocía al cardenal Cañizares desde hacía más de 10 años en Granada. "Acudió a una conferencia que yo impartía como líder del PSOE. A partir de ahí hemos ido fraguando una relación con ideas diferentes, pero que ha permitido un diálogo fructífero que ha ido creciendo en el tiempo y ha llegado al afecto".
 
"Deseo hoy exponer mis ideas con un espíritu constructivo -dijo el expresidente del Gobierno-, pues el diálogo, la palabra es la fuente principal del Humanismo. El Humanismo es el ideal más alto que la civilización ha puesto sobre nosotros. De una u otra manera está presente en todas las culturas, todas las religiones".

El cardenal Antonio Cañizares mostró su convencimiento de que la actual crisis tiene sus raíces en una "pérdida de valores", en el "relativismo" y en el "capitalismo extremo".

Cañizares ha expresado que los fundadores de la Unión Europea "no querían una Europa de los mercaderes" sino que la pensaron como respuesta a las guerras mundiales. "Necesitamos una Europa nueva", ha resumido el cardenal, quien siente que "se necesitan muchos cambios de personas y de valores" porque en la actualidad, "en lugar de unir, está enfrentando a unos países con otros".

En palabras de Cañizares, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, "parece que hay quienes están empeñados en que Europa y las raíces que la sostienen desaparezcan", aunque se ha mostrado seguro de que "hay futuro para la humanidad".

Para apoyar esta visión positiva del futuro, Zapatero ha recordado en varias ocasiones los logros cosechados por la Unión Europea, entre los que ha citado la "expansión de la democracia", la garantía de paz y el "mayor bienestar económico".

Cañizares alzó la voz para señalar que "cuando la vida no es respetada, cuando la familia no está lo suficientemente protegida, cuando África está sumida en una desgracia cada día mayor, con el olvido de los países de Occidente, no hay un futuro para esta Europa y para este desarrollo innegable, si se produce en contra del bien y del mal, del hombre, de la verdad. La juventud hoy no sabe qué es lo bueno y qué es lo malo. Viven inmersos en un relativismo, en una ética situacional. Ese futuro no será posible si no está asentado en los valores y ahí tiene una responsabilidad enorme la Iglesia y eso  pasa por una nueva Evangelización".

El expresidente del Gobierno ha reconocido que los "hijos" de los fundadores de la UE tienen una "tarea ingente" por delante y deben contar con la "confianza y el respaldo" para que Europa siga garantizando "el progreso y la paz" que se fijó como objetivos en su nacimiento.

Uno de los asuntos que más aplausos arrancó del público fue lo referido a la democracia. Monseñor Cañizares alzó la voz para decir que "estamos entre demócratas, pero no hay democracia sin conciencia, sin asentamiento en principios del bien y del mal, sean del credo que sean".

Zapatero replicó: "Estoy de acuerdo en lo de la democracia sin conciencia, porque democracia es conciencia, conciencia en los valores del respeto. Esa conciencia, en defintiva, se traduce en un núcleo esencial de principios, de derechos y de valores que tienen una plasmación normativa en las constituciones. Tengo el profundo convencimiento de que en las leyes hay un amplio reconocimiento de los valores que defiende el cristianismo. Y eso sólo se logra con la deliberación, el diálogo, la palabra, el discurso y el respeto, que es la palabra más bonita del castellano".

Tanto Cañizares como Zapatero han coincidido en señalar en la valiosa herramienta que es el diálogo para la convivencia. "El diálogo siempre es por respeto hacia la persona - ha señalado el cardenal Cañizares-. Y si educamos para el diálogo, educamos para el respeto, para una economía mejor. Diálogo es tolerancia, no es intransigencia. Trabajar por el diálogo es trabajar por un mundo mejor, por una sociedad mejor".

Por su parte, Zapatero ha indicado que "el diálogo es la puerta que abre todos los caminos. Y dialogar no es sólo sentarse delante de otro. El diálogo es reflexionar. El diálogo respetuoso y sincero facilita el sosiego, alimenta la reflexión, contribuye al progreso y en eso estamos completamente de acuerdo y ójala el diálogo en nuestro país nos enriquezcan a todos y nos ayude a aceptar cosas de lo que piensan otros".
La complicidad entre ambos ponentes se ha puesto de manifiesto cuando el cardenal ha citado "El Quijote", la obra maestra de Cervantes, para ilustrar sus argumentos.

"Faltan soñadores y ´quijotes´, ya que hay demasiados ´sancho panza´, aunque Sancho Panza era muy sabio", ha comentado irónicamente Cañizares sobre la manera de afrontar la crisis, mientras que Zapatero le ha citado un pasaje en el que Don Quijote decía: "La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre".

"Ha utilizado una palabra que comparto: soñadores. Hacen falta soñadores, quijotes -subrayo el cardenal-. Hablar de ensoñación me trae a la cabeza la juventud, el futuro de nuestra sociedad. Aman la vida con pasión y se aferran a ella, anhelan la paz, desean vivir con esperanza, aman la verdad y no renuncian a ella. No es verdad, dice el Papa, que la juventud piense sólo en el lujo y el placer. Pero los ofrecemos sucedáneos de todos esto que, al final, les hacen infelices. Uno de los retos principales es una vida bella, una civilización del amor, una paz diariamente construida... y un trabajo, claro está".

Zapatero añadió a las palabras del obispo lo siguiente: "Me alegra oír a Monseñor Cañizares citar el Quijote, pues compartimos muchas cosas, porque, como dijo Sancho Panza, la libertad es el bien más preciado. Y en cuanto a los jóvenes, la gran tarea europea y de toda la sociedad es cómo hacemos la tarea de recuperación de los jóvenes. Tenemos la generación de jóvenes con más formación y potencial, más solidaria y participativa. Eso es un enorme capital humano, social y político.

También se ha referido el expresidente a la libertad. "Las grandes constituciones de Occidente son aconfesionales y eso es razonable porque así se garantiza mejor la libertad, pero sería absurdo ignorar que el Cristianismo ha ejercido una influencia decisiva sobre Europa en los últimos 1.000 años. Además, debo hacer un reconocimiento a quienes desde la Iglesia y los Gobiernos han logrado ese equilibrio de convivencia entre un respeto a la Constitución, el aprendizaje. Este debate se produce en un momento en el que existen más incertidumbres que seguridades y eso tiene mucho que ver con lo que todos conocemos y eso tiene mucho que ver con el futuro de Europa. Y detrás de Europa están los mejores valores".

El cardenal Cañizares respondió al político al subrayar que "a veces parece que la Iglesia recibiese una serie de beneficios, pero no es así. Toda sociedad, aunque sea laica, necesita de valores no manipulables, válidos para todos y que hay que seguir y que no podemos ponernos por encima, si queremos que haya una sociedad en paz y respeto. Esto creo que es fundamental. Y la crisis viene precisamente porque se ha perdido ese grupo de valores, sin los cuales no podemos conducir esta sociedad".

Zapatero replicó al cardenal Cañizares señalando que "la religión debe abandonar ese intento de monopolizar todos los aspecto de la vida. La trascendencia del debate religioso es fundamental, incluso en estados aconfesionales. Y ese debate pasa por escuchar a todas las partes, para aprender".

Por último, monseñor Cañizares habló del diálogo entre las religiones: "Una de las claves del diálogo es el diálogo interreligioso. El diálogo es posible. Aceptamos al otro y que esa fe que vive el otro nos es común. Si alcanzamos ese diálogo interreligioso en la cuenca del Mediterráneo habrá paz".

"De la doctrina de Benedicto XVI, lo más audaz de su pontificado -manifestó el exlíder del PSOE- es ese diálogo interreligioso y eso a España le sienta bien, pues siempre ha sido el gran puente de diálogo con el Mediterráneo, con América Latina y hay muy pocas naciones que tengan la posición para el diálogo que tiene España".