En Torrejón de Ardoz ya estaba todo preparado para la construcción de una segunda mezquita de este municipio madrileño de 122.589 habitantes. La comunidad musulmana ya había comprado los solares y estaba todo listo para comenzar la construcción.

Sin embargo, los vecinos de la zona han lanzado una campaña contra la construcción de la mezquita, y ya son miles las firmas recogidas por las asociaciones vecinales para parar ese recinto de culto.

“Esto no es un tema de racismo, es que nos va a volver la vida del revés”, dice una vecina a El País. “Somos personas de lo más cívicas, pero no vamos a dejar que aquí haya una mezquita, ni una discoteca ni un pub”.

“No sé si son marroquíes o musulmanes, pero españoles no son”, añade la vecina.

El pasado enero, la Junta de Gobierno local, formada solo por ediles del equipo de Gobierno, informó “favorablemente” a la consulta urbanística sobre la mezquita, que en los planos aparece con el nombre de An Nur (La Luz).

Los interesados preguntaban si se podía construir un centro de culto en el solar sobre el que se levantan las dos casonas. La respuesta fue que la ordenanza del barrio de Loreto —integrado en los “barrios tradicionales”, según especifica el texto— establece que “es compatible el uso religioso en edificio exclusivo, siendo el característico el uso residencial” y añade que se necesitan licencias de obras y de actividad. Tras el informe, los miembros de la comunidad islámica compraron los dos inmuebles, informa El País.

El Ayuntamiento llevará al pleno de hoy una moción para intentar sacar la mezquita del centro del pueblo, pero también ha presentado una declaración institucional “contra el racismo y la xenofobia” que firman los tres partidos del Consistorio (PP, PSOE e IU). 

Los concejales manifiestan en el escrito su “malestar y profundo rechazo a cualquier acto de racismo, xenofobia o rechazo al diferente”.

Según el texto, la solicitud en la calle del Almendro “ha originado que miles de torrejoneros presenten su firma en el Ayuntamiento expresando que están en total desacuerdo” con la obra “por las molestias que originaría la aglomeración de personas que acudiría al mismo”.