“El abuso sexual es un problema que tiene lugar fundamentalmente en el círculo familiar y en menor medida en el entorno de confianza”. Esta es una de las principales conclusiones del exhaustivo informe realizado por la Fundación ANAR sobre el abuso sexual a menores de edad en España entre enero de 2008 y mayo de 2019, dado a conocer en marzo de 2021.

Esta organización es un referente en España en atención a menores en situación de riesgo y para realizar su estudio se ha basado en los 6.183 casos que ha atendido en este periodo de tiempo. En el listado además del abuso sexual aparecen en menor medida otros tipos de violencia en este ámbito como la pornografía infantil, prostitución, el grooming (ciberacoso) y el sexting (envío de imágenes de carácter sexual).

Del total de abusos a menores los sacerdotes aparecen como responsables en el 0,2% de los casos mientras que el entorno familiar es sin duda el lugar más habitual donde se ataca a estos menores.

Según el estudio de ANAR, “alrededor de la mitad de los abusos sexuales a menores de edad son cometidos por un familiar (49,2%, incluyendo padres y madres, padrastros y madrastras, abuelos/as, tíos, primos, hermanos y hermanastros y otros familiares), y el resto se reparte entre adultos sin relación e internautas (9,9%), compañeros y amigos (14,4%), adultos del entorno de confianza (9,2%, incluyendo amigos de la familia, profesores y monitores de actividades extraescolares, vecinos y sacerdotes) y novios y exparejas (8%)”.

En medios de comunicación, tertulias y también en la creencia popular se ha puesto el énfasis en muchas ocasiones sobre los abusos sexuales perpetrados por miembros de la Iglesia, algo evidentemente gravísimo y que la Iglesia se ha tomado especialmente en serio. Pero la realidad es que en la última década, según el estudio de una organización independiente, la participación de los religiosos en este tipo de actos delictivos es residual.

Tan sólo el 0,2% del total de abusadores serían sacerdotes. Según las estadísticas, hay más casos de abuelas que abusan sexualmente o casi 10 veces más probabilidades de que sea un abuelo que un sacerdote. El porcentaje es mayor todavía en caso de profesores, amigos de la familia y por no hablar ya de otros miembros de la familia de las víctimas…

Hay un dato llamativo del informe que afecta a los sacerdotes y es el sexo de las víctimas. Aunque en el estudio de ANAR el 76,2% de las víctimas eran niñas menores de edad y el 23,8% varones, el porcentaje de abusos perpetrados por sacerdotes aumenta al 0,8% en el caso de los niños y es prácticamente nulo en el caso de niñas.

Resulta igualmente llamativo los casos protagonizados por sacerdotes según la edad de las víctimas de los abusos. En la franja de edad menor de 12 años y entre la que va entre los 13 y los 15 los religiosos no aparecen ni en las estadísticas, mientras que sí representan el 0,7% en los abusos realizados a menores de 16 años en adelante.

Artículo publicado en ReL el 3 de marzo de 2021.