En una entrevista en Radio Euskadi el pasado lunes 25 de febrero, el obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, ha señalado que la Iglesia Católica está yendo «más allá de la exigencia civil» en su lucha contra los abusos sexuales.

Por ejemplo, casos que los tribunales civiles o la Policía nunca aceptarán investigar porque sucedieron hace décadas y han prescrito según la ley civil, sí son investigados y estudiados en las diócesis. Así, la Iglesia «lucha contra casos que sucedieron hace 30, 40 o 50 años».

«Independientemente de que estén prescritos, la iglesia canónicamente estudia lo que ha sucedido en el pasado porque tenemos que ser ejemplarizantes», ha destacado.

45.000 fichados por antecedentes de abusos: solo 33 son clérigos

Munilla ha querido dar cifras para poner los casos de clérigos abusadores sexuales en el contexto de abusadores sexuales en general. Asegura que en España hay 45.155 personas que figuran en un registro de antecedentes penales con sentencias firmes por abusos o agresiones sexuales, de las que sólo 33 son clérigos.

«Entendemos, no obstante, que a nosotros se nos pida un plus por predicar un mensaje que tiene una máxima incoherencia cuando en nuestro seno pueden acontecer estos casos», ha añadido.

Lo que Munilla ha hecho en San Sebastián

Durante la entrevista este lunes en Radio Euskadi, Munilla ha recordado que él, a comienzos de su mandato como obispo en San Sebastián, en 2016, abrió una investigación contra el entonces vicario, Juan Kruz Mendizábal, después de recibir varias denuncias de abusos. Animó a más posibles víctimas a comunicar sus casos a la diócesis.

A raíz de este caso y ese llamamiento, el obispado recibió informaciones que acusaban a otros 4 clérigos por haber cometido abusos en los años 70. La diócesis ha explicado en una nota de prensa este martes que “al tratarse de casos prescritos civilmente, se procedió, de acuerdo con las víctimas denunciantes, a abrir los pertinentes procesos canónicos bajo la supervisión de la Santa Sede; concluyendo con el reconocimiento de culpa y la imposición de una pena canónica en fuero externo”. Dos de los clérigos ya han fallecido, y los otros dos están hoy jubilados, sin ningún cargo pastoral.

“En mi condición de pastor de esta Iglesia particular, no cejaré en mi empeño por tratar con justicia y equidad todo caso de abusos contra menores. Por ello pido que afloren cualquier tipo de abusos sexuales cometidos contra menores que hayan podido cometerse en el seno de nuestra Iglesia, así como en otros ámbitos”, declaró Munilla en la radio vasca.

Perder el miedo a la verdad

El obispo Munilla, al comentar la reciente cumbre antiabusos en el Vaticano, ha señalado que «no ha sido el kilómetro cero»: la Iglesia lleva años intentando mejorar su lucha contra los abusos. La cita, dijo, era «importante para reforzar un espíritu de perder miedo a la verdad, superando las actitudes autodefensivas» y dar «prioridad» a las víctimas. «Esto se puede convertir en una oportunidad para renovarnos, purificarnos y autentificarnos», ha señalado, para añadir que «no se
tiene que tener miedo» a la transparencia. A las víctimas, dijo, se les puede pedir perdón, «con una sinceridad plena junto a un ofrecimiento de acompañamiento y reparación del daño producido».

Reflexionando sobre los factores que pudieron favorecer algunos abusos, sobre todo en el pasado, comenta que «pudo haber también detrás de muchos abusos en materia sexual un abuso de autoridad. La autoridad moral tan grande que podía tener un sacerdote se podía utilizar para mal», apunta.

¿Eutanasia en un país con pocos cuidados paliativos?

El obispo ha hablado también de la eutanasia. Explica que es un «contrasentido» que se intente buscar «un atajo de una ley de eutanasia» cuando en España no existe ni siquiera una ley que potencie los cuidados paliativos que ayudan, sin matar, a las personas que se acercan a la muerte.

«El recurso a la eutanasia podría ser una gran tentación para un Estado que se ahorraría mucho esfuerzo. Los profesionales de cuidados paliativos señalan que hay escasos casos que piden eutanasia cuando se les acompaña adecuadamente con cuidados paliativos», ha valorado.

Asimismo, ha defendido que en el caso de aprobarse una ley de eutanasia «nos quedaríamos sin autoridad moral para luchar contra el suicidio que, en algunas edades, se está convirtiendo una plaga». «Si se legaliza la eutanasia ¿cómo vamos a poner coto a los suicidios? Es algo contradictorio», ha añadido.

Te multan por un huevo de águila, pero puedes matar a seres humanos

También ha denunciado la aceptación del aborto: «lejos de ser un derecho, representa un fracaso de la sociedad». «Defender la vida del concebido no nacido no es algo de derechas o de izquierdas», ha afirmado. «Hoy en día tenemos una mayor sensibilidad ecológica. Por ejemplo, tenemos sensibilidad para defender legalmente el huevo del águila real. A todos nos parecería una barbaridad que alguien cogiese un huevo de un nido y lo destruyese mientras que dejamos desprotegida a la vida humana antes de su nacimiento. Existen grandes contradicciones».

Defender la vida, dice, «tiene que estar fuera del debate partidista». «No son las leyes de los partidos políticos las que nos otorgan el derecho a la vida sino las que debieran reconocer un derecho a la vida que es prepolítico y prejurídico».