Las "misas Blancas" (especialmente pensadas para reunir a los sanitarios, con sus batas blancas) son algo muy común hace años en Estados Unidos, México y otros países, pero en España son una novedad. Los que hayan asistido a las misas blancas de este mes en España -sean sanitarios, clérigos u obispos- son unos pioneros y podrán presumir: "Yo estuve en la primera". 

En Cataluña, la primera misa blanca se ha celebrado el domingo 12 junio, a las 10 de la mañana, en la parroquia de la Mare de Déu de Betlem, presidiendo el obispo auxiliar Javier Vilanova.

En cada diócesis, los convocantes de una misa blanca pueden ser distintos. En Barcelona convocaba el Secretariado de Pastoral de la Salud del Arzobispado de Barcelona, ​​conjuntamente con la Fundación ProVida, Médicos Cristianos de Cataluña, la asociación E-Cristians y 40 Días por la Vida. Representantes de distintas asociaciones participaron en las lecturas, ofrendas, etc...

Es 40 Días por la Vida quien ha promovido estas misas por toda España este mes. El 12 de junio se celebraron en Barcelona, Alicante, Castellón, Puerto de Santa María (Cádiz), Granada, Madrid, Murcia, Oviedo, Toledo y Valladolid. En Burgos se celebró en el Convento de las Trinitarias el martes 14 de junio. En San Sebastián hay una prevista en la catedral del Buen Pastor el domingo 19 de junio a las 18h.

En Barcelona, el obispo auxiliar ​Javier Vilanova presidió la celebración. Con él concelebró Eduard Puig, consiliario de la Pastoral de la Salud en la diócesis.

Muchos asistentes cumplieron con la costumbre internacional y acudieron a la misa con la bata blanca que les identifica en el día a día como dispuestos a cuidar y escuchar a sus pacientes.

En la misa se rezó especialmente para dar gracias por la vida y por los que la protegen y cuidan. La vida, dijo el obispo, es "el mejor regalo y don que Dios nos ha dado".

El obispo Vilanova recordó que «el don de la vida es eterno porque Dios nos ama antes de que nazcamos». Invitó a todos los profesionales de la salud a seguir los pasos de Jesús, con amor, acogida y diálogo con los demás.

«Nunca pierdan el espíritu de amor que Dios ha depositado en nosotros, así como el diálogo trinitario y de escucha», en una alusión a la fiesta del día, la Santísima Trinidad. También animó a todos a confiar en Dios, incluso ante el reto del pecado. «Ante el pecado, Dios nos ama y nos transforma», recordó.

(Las fotos son de la web del arzobispado de Barcelona, de la crónica de Montse Punsoda).

(En este enlace, la homilía en vídeo de otro obispo, J.I.Munilla, en la misa blanca de Alicante).