El equipo médico-sanitario del Hospital La Fe de Valencia ha dirigido una emotiva carta a las Hermanitas de los Ancianos Desamparados y al personal que colabora con ellas en el cuidado de asilados y residentes en la que agradece los esfuerzos realizados y la gran capacidad de “resiliencia que han demostrado durante todo este tiempo, adaptándose acorde a esta situación tan delicada”, a la vez que recuerda que las religiosas ya tuvieron heroicas actuaciones en las epidemias de cólera y gripe de los siglos XIX y XX, tal y como recuerda el periodista Baltasar Bueno en el periódico De aquí.

La carta va firmada por el Dr. Ruíz en nombre de todo el equipo médico-sanitario que ha trabajado en la residencia durante los meses más duros de la pandemia: “Queremos darles las gracias -escribe- por la resiliencia que han demostrado durante todo este tiempo, adaptándose acorde a esta situación tan delicada. La palabra resiliencia, la aprendí no hace mucho, pero expresa perfectamente lo que ha sucedido en este lugar. Es la capacidad de los seres humanos de adaptarse a las situaciones más adversas, o de llegar a tener éxito en situaciones de alto nivel de estrés y con grave riesgo de resultados negativos. Así que felicidades, por su alta resiliencia durante todo este tiempo”.

“Como nos dijo con humor la Hermana General: ‘No queremos volver a verles’. Nosotros sí queremos volver a verles, pero de visita para saber que están todos estupendos”, concluye el Dr. Ruiz su misiva.

Asilo santa Mónica

En la Plaza de Santa Mónica 1, junto a la Iglesia de Santa Mónica, se encuentra el asilo que alberga a 400 residentes. Durante el pasado mes de junio, en vísperas de la Jornada Pro Orantibus dedicada a la Vida Consagrada en la Iglesia, en la comunidad religiosa que atiende el asilo trece jóvenes religiosas profesaron los votos perpetuos como Hermanitas de los Ancianos Desamparados.

En la actualidad, las Hermanitas de los Ancianos Desamparados cuentan con 2.200 religiosas, atienden a más de 20.000 ancianos sin recursos en 204 asilos y residencias en Europa, Iberoamérica, África y en Asia. La congregación fue fundada en 1872 por el sacerdote Saturnino López Novoa y por la maestra, y a partir de entonces religiosa de la congregación, santa Teresa de Jesús Jornet, canonizada en 1973 por Pablo VI. Esta orden religiosa tuvo también heroicas intervenciones en las epidemias de cólera y gripe que asolaron Valencia en los siglos XIX y XX.