Según informa Religión Confidencial, dirigido por Rafael Cobo, el Instituto de la Juventud en España (Injuve), organismo público dependiente del Gobierno, encargó al ‘gran comendador del supremo consejo masónico de España’, Joan-Francesc Pont, un estudio según el cual “la juventud española ha dado la espalda a la Iglesia católica”.

El informe titulado “Jóvenes y laicidad” ha sido coordinado por la fundación catalana Ferrer i Guardia, que preside Pont, una plataforma destacada en la promoción de una cosmovisión laicista y anticristiana.

El considera que en los últimos nueve años el porcentaje de jóvenes españoles que se autodenomina católico practicante ha pasado del 29,5% al 10,3%.

Según el informe, los jóvenes de entre 15 y 29 años que se consideran “católicos no practicantes” son el 44,8%, casi un 5% más que en 2002.

ReL ha podido confirmar que Joan-Francesc Pont es masón de Grado 33 y Gran comendador del supremo consejo masónico de España. En su juventad, tuvo formación religiosa del Opus Dei, pero a los 27 años decidió entrar en una logia inspirado en la trayectoria de Francisco Ferrer i Guardia, un reconocido masón, laicista y anticristiano, ajusticiado en 1909 por impulsar la Semana Trágica en Barcelona, un hecho que supuso la quema de iglesias y edificios de religiosos. En la actualidad es catedrático de derecho financiero en la Universidad de Barcelona.

Dice Pont que "la masonería no aspira al poder como tal, pero valora positivamente que los masones tengan responsabilidades. Llegado el caso, los hermanos solo piden que su acción política esté orientada por el humanismo".

También recuerda sus inicios en la masonería: "El ritual es la puerta entre el espacio exterior y el espacio interior. Con la expresión ´abandonar los metales en la puerta del templo´, dejas fuera todo aquello que en la vida cotidiana te hace relevante -los cargos, la clase social, el partido-, y eres capaz de discutir sin herir, de convencer sin imponer. Creo que el ritual nos ayuda a ser más libres".

Siguiendo la estela laicista y masónica de su maestro Ferrer i Guardia, Pont considera en un reciente artículo, lo siguiente:

- "La jerarquía actual de la Iglesia Católica en España, encendidamente antitaranconiana, con el apoyo del mensaje político del Dr. Joseph Ratzinger, reivindica el monopolio de los valores, pretendiendo que los valores del catolicismo han de seguir siendo los del Estado y calificando las primeras concreciones del principio de laicidad traducidas en la autonomía del legislador (libertad de investigación biomédica, interrupción voluntaria del embarazo, planificación familiar, divorcio, matrimonio entre personas del mismo sexo, educación para la ciudadanía, entre otras leyes) como laicismo agresivo, al que viene a compararse con la quema de conventos”.

- “Concepciones con tendencias totalitarias como el catolicismo y el islamismo devienen liberales en entornos de pluralidad”.

- “Resulta dudosa la legalidad del mecanismo de asignación tributaria a la Iglesia Católica en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, por lo que comporta de declaración sobre las creencias”.

- “Una cierta histeria clerical que toma en vano como bandera a Caritas o a los hospitales y asilos regidos por órdenes religiosas ante cualquier moderada expresión de laicidad, debería ser capaz de no tergiversar el significado liberal de la separación entre las iglesias y el Estado”.

- “La distinción entre educación y formación religiosa y moral se cumple adecuadamente si se reserva la primera a la escuela y la segunda al templo o a las instituciones confesionales y no confesionales”.