El Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad y el Ministerio de Ciencia e Innovación han hecho público el Informe de Vigilancia epidemiológica de las infecciones de transmisión sexual 1995-2009, obtenido a partir del Sistema de Enfermedades de Declaración Obligatoria (EDO) y el Sistema de Información Microbiológica (SIM), que recopila información a nivel nacional de una red de 48 laboratorios situados en doce comunidades autónomas.
 
Las infecciones de transmisión sexual sometidas a vigilancia epidemiológica son la infección gonocócica, la sífilis y la sífilis congénita, todas ellas de declaración numérica semanal.
 
Pues bien, por lo que se refiere a la infección gonocócica, los casos declarados por cada 100.000 habitantes han pasado de un mínimo histórico en 2001 de 2,04 a un 4,33 en 2009, multiplicando, pues, su incidencia, en un 212,25% en apenas ocho años.
 
El dato es aún más grave por lo que a la sífilis se refiere, donde los casos declarados por cada 100.000 habitantes han pasado de un mínimo histórico en 1999 de 1,73 a 5,33 en 2009, multiplicando su incidencia en un 308,1% en diez años.
 
Por lo que se refiere a las conclusiones del informe, éste se limita a señalar que “los resultados en el periodo 1995-2009 muestran un cambio de tendencia claro de las ITS sometidas a vigilancia epidemiológica, las cuales aumentan a partir del inicio de la década de los 2000. Destaca en particular el importante incremento en la incidencia de sífilis, que a partir de 2004 supera las cifras del año 1995 así como también a los casos notificados de infección gonocócica. Habrá que confirmar en el futuro si la estabilización observada para la sífilis en el año 2009 con respecto al año anterior, es una situación puntual o bien responde a un cambio en la tendencia”.
 
Las muchas medidas tomadas en los últimos años facilitando el sexo entre adolescentes, y la venta en farmacias de la píldora del día después sin receta médica ni supervisión médica de ningún tipo pueden hallarse detrás de este repunte de las enfermedades venéreas entre nuestra juventud. Francisco Jiménez, coordinador de Médicos por la Vida ha señalado que “los datos demuestran el fracaso de las campañas de propaganda. Lo único que se ha conseguido es la banalización del acto sexual entre la juventud, que es un grupo muy manipulable”.