Álvaro Machín, cronista en el Diario Montañés, capta bien el ambiente de estos días en muchas misas que se celebran en la España de "la desescalada", con sus celebraciones patronales con mascarilla, desinfectante, choques de codos, distancias, y una sensación de rareza que a veces se convierte en tristeza más o menos resignada.

«¿Qué tal, Gema?», le preguntaban el pasado domingo a la alcaldesa de Santander, Gema Igual, mientras hacía cola para que le pusieran gel en las manos, en la ermita de la Virgen del Mar, patrona de la ciudad. «Bien, pero raro», decía ella.

"Guarden las distancias", insisten los cofrades

"La celebración de la Festividad de la Virgen del Mar fue como nunca", describe Machín. "Con mascarilla, lista de acceso y un trapo para desinfectar la barandilla de las escaleras a cada rato. Con el puente separado por vallas y cintas para marcar un camino de ida y uno de vuelta. Con toques de codo en vez de abrazos o apretones de manos. Con los cofrades diciendo cada cierto tiempo «guarden las distancias». Distinta en las formas. Aunque en el fondo, para los creyentes, se tratara de lo de siempre. Pedirle a la patrona un poco de consuelo. Y eso fue justo lo que hizo Manuel Sánchez Monge. Con los afectados por la pandemia en el centro mismo de todas las plegarias".

Ni procesión, ni romería ni mercadillo

"La edición de este año no será fácil de olvidar. Ni procesión, ni romería, ni mercadillo. Tampoco problemas de aparcamiento o esa foto repetida de la campa abarrotada durante la misa de doce. No es que estuviera vacío. Para nada. Hubo gente, pero desperdigada. Y hubo colas para poder ver a la patrona o poner una vela. Por turnos, en orden. Ahí merece un diez el esfuerzo de los cofrades que se ocuparon de organizarlo todo, de informar y de evitar –en lo posible, porque no siempre es fácil– el roce por la cercanía (había numerosos efectivos de Protección Civil, Policía Local y Nacional). «¿A la iglesia se puede entrar?», «¿La cola para visitar a la Virgen es aquí?», «¿Ya está la Virgen o aún no ha llegado?»... Muchas dudas".

Misa de autoridades con filas separadas y mascarilla

"Para resumir, lo organizaron con varias misas con aforo limitado y la de doce restringida a representantes de las instituciones. Con entrada por una puerta y salida por otra. Además, para la ofrenda o para el saludo a la patrona, filas separadas, mascarilla obligatoria y gel en las manos antes de acceder a la ermita. Vallas, cintas, avisos..."

A la misa de autoridades acudieron la alcaldesa (del PP), su socio de gobierno (de Ciudadanos) y los portavoces de PSOE, PRC y Vox. También el presidente Miguel Ángel Revilla y el consejero de Medio Rural, Guillermo Blanco. Todos, sin quitarse la mascarilla, escucharon el mensaje del obispo.

"Desde el primer minuto centró la homilía (y la jornada entera) en «los afectados por el coronavirus». Enfermos, familiares «que aún lloran a los que han perdido», «ancianos y personas que viven solas»... El obispo Sánchez Monge recordó la capacidad de la Virgen María para «el consuelo» y su labor como «intercesora» al estar «cerca de Dios y de los hombres». «La Virgen del Mar –dijo– nos ayuda a no dejarnos llevar por el miedo»".

El dinero de los festejos, para los desfavorecidos

Luego el obispo habló del papel de la Iglesia. «Ante la crisis económica, la Iglesia no puede ofrecer soluciones políticas o estrictamente económicas», aseguró Manuel Sánchez Monge. «Pero sí –añadió– una llamada a la solidaridad y a la esperanza». Centrada en «las personas más vulnerables», en el «bien común» y en el «prójimo pobre y necesitado».

Por eso, valoró bien el consenso para que el Ayuntamiento destine 18.000 euros de la subvención consignada a los actos de la Virgen del Mar –tal y como se acordó con la Hermandad– a los colectivos más desfavorecidos de la capital.

El cronista recoge también el ambiente fuera de la ermita. "«Está muy organizado», comentaban fuera dos mujeres con el pañuelo de la Virgen al cuello que esperaban en la campa. Dos de las que van todos los años. «Da pena verlo así, pero es lo que toca». Decían eso y que, al final, después de que amaneciera nublado y amenazara lluvia, salió el sol y quedó un día bueno. Sí. Y ojalá eso sea una metáfora".

(Fotos de Alberto Aja para Diario Montañés)

La misa de la Virgen del Mar, patrona de Santander, en Popular TV Cantabria