Proverbios (2,1-9)

Hijo mío, si aceptas mis palabras y conservas mis consejos, prestando oído a la sensatez y prestando atención a la prudencia; si invocas a la inteligencia y llamas a la prudencia; si la procuras como el dinero y la buscas como un tesoro, entonces comprenderás el temor del Señor y alcanzarás el conocimiento de Dios. Porque es el Señor quien da sensatez, de su boca proceden saber e inteligencia. Él atesora acierto para los hombres rectos, es escudo para el de conducta intachable, custodia la senda del deber, la rectitud y los buenos senderos. Entonces comprenderás la justicia y el derecho, la rectitud y toda obra buena.

Salmo 33,2-3.4.6.9.12.1415

Bendigo al Señor en todo momento

Bendigo al Señor en todo momento, 
su alabanza está siempre en mi boca; 
mi alma se gloría en el Señor: 
que los humildes lo escuchen y se alegren. 

Proclamad conmigo la grandeza del Señor, 
ensalcemos juntos su nombre. 
Contempladlo, y quedaréis radiantes, 
vuestro rostro no se avergonzará. 

Gustad y ved qué bueno es el Señor, 
dichoso el que se acoge a él. 
Venid, hijos, escuchadme: 
os instruiré en el temor del Señor. 

Guarda tu lengua del mal, 
tus labios de la falsedad; 
apártate del mal, obra el bien, 
busca la paz y corre tras ella. 

Evangelio según san Mateo (19,27-29)

En aquel tiempo, dijo Pedro a Jesús:

«Nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué nos va a tocar?» 

Jesús les dijo:

«Os aseguro: cuando llegue la renovación, y el Hijo del hombre se siente en el trono de su gloria, también vosotros, los que me habéis seguido, os sentaréis en doce tronos para regir a las doce tribus de Israel.

El que por mí deja casa, hermanos o hermanas, padre o madre, mujer, hijos o tierras, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna.»