Evangelio según san Lucas 9,43b-45


En aquel tiempo, entre la admiración general por lo que hacia, Jesús dijo a sus discípulos:

"Meteos bien esto en la cabeza: al Hijo del hombre lo van a entregar en manos de los hombres.»

Pero ellos no entendían este lenguaje; les resultaba tan oscuro que no cogían el sentido. Y les daba miedo preguntarle sobre el asunto.



Santísima Virgen María de la Merced, madre de los pobres y consuelo de los que sufren persecución por su fe.

Escucha nuestras súplicas por la Iglesia perseguida y por nuestros hermanos pobres a fin de que no sólo no desmayen en la lucha, ni vacilen en la fe, sino que experimenten los consuelos que reservas a los que perseveran fieles a las enseñanzas del Evangelio.

Concédenos, Madre, un corazón libre de toda esclavitud, generoso para saber perdonar y para poder trabajar con firmeza y perseverancia en la construcción de una civilización nueva donde sea posible vivir con fraternal armonía, amándonos como Jesús nos amó.
Amén.