Parece que el wokismo, además de siniestro, no es rentable. El miedo entre algunas empresas a perder ingresos está haciendo que abandonen los postulados de esta perniciosa ideología. Hace unos días se conocía que la empresa de bebidas alcohólicas Jack Daniel's había emitido un comunicado diciendo que no aplicará más la llamada agenda woke.
Entre las razones que esgrimía estaba que ellos no marcan su línea de negocio por las cuestiones de "diversidad, equidad e inclusión" -DEI por sus siglas en inglés-. Por lo que habían puesto "fin a la participación en el sistema de crédito social y de igualdad corporativa", a las "bonificaciones por objetivos vinculados" a este tipo de prácticas DEI y "a la contratación de proveedores con criterios de diversidad laboral".
Según muchos usuarios de redes sociales, Jack Daniel's habría lanzado ese comunicado justo antes de ser criticado por sus propios consumidores, porque "sabían que estaban en el punto de mira" de aquellos que rechazan ese universo woke. Brown-Forman, la empresa matriz de Jack Daniel's, escribió un mensaje a sus empleados explicando "que las políticas se lanzaron en el año 2019", y que son conscientes de que "desde entonces el mundo ha evolucionado, el negocio ha cambiado y el panorama legal y externo ha cambiado drásticamente, particularmente dentro de Estados Unidos".
No encaja con su base de clientes
Una parte del mérito, para que estas grandes multinacionales vayan retrocediendo en su apoyo ciego al wokismo, lo tienen comunicadores como Starbuck, que denuncian la agenda radical y de extrema izquierda en empresas como Harley-Davidson, John Deere o Tractor Supply Co. "Hablamos de espectáculos de drag queens y de la promoción de todas las identidades sexuales imaginables, cosas que no encajaban en absoluto con su base de clientes", apunta en redes Starbuck.
"Fue una decisión increíblemente inteligente, adelantarse a esto antes de que apareciera su nombre en los medios durante semanas (...). Estamos obligando a organizaciones multimillonarias a cambiar sus políticas sin siquiera publicar nada, simplemente por miedo a que sean la próxima empresa que expongamos. Estamos ganando y, uno por uno, devolveremos la cordura a las corporaciones estadounidenses", escribió Starbuck en X.
Uno de los post de Harley-Davidson en X.
Es el caso de Harley-Davidson, quien anunció que revisará sus patrocinios y se retirará del índice de igualdad corporativa de la Campaña de Derechos Humanos (HRC), al tiempo que garantiza que la capacitación de los empleados seguirá siendo "ausente de contenido con motivaciones sociales". "Nos entristece la negatividad que se ha manifestado en las redes sociales durante las últimas semanas (...). Como empresa, nos tomamos este asunto muy en serio y es nuestra responsabilidad responder con claridad, acción y hechos", dijo la marca.
Ford... o los famosos tractores John Deere
Otro gigante que ha seguido la misma senda de desmarque ha sido Ford Motor, que ha dejado de apoyar la agenda LGTBI y ha informado a sus empleados de que, durante el último año, ha decidido retirarse de la DEI, que promueve la diversidad, la equidad y la inclusión en el lugar de trabajo y en la sociedad.
La política DEI es el apoyo de las empresas a las propuestas progresistas. Diversidad: Implica la representación de diferentes grupos de personas, como diversos "géneros", razas, orientaciones sexuales, edades, orígenes étnicos, entre otros. Equidad: Se enfoca en el trato justo de todas las personas. Se trataría de eliminar barreras para que todos tengan el mismo acceso a oportunidades y recursos. Inclusión: Se refiere a crear un entorno donde todos los empleados se sientan escuchados, valorados y puedan participar activamente.
En la práctica, la financiación de este tipo de actividades conduce a fomentar desfiles del orgullo o eventos LGBT en las empresas. Según una comunicación interna entregada a los empleados de Ford en todo el mundo, la empresa se habría retirado de este tipo de actividades. Ford confirmó que la carta es auténtica y declaró que no hará comentarios adicionales al respecto. Además, a principios de este verano, la empresa rompió lazos con Human Rights Campaign, un grupo que apoya a la comunidad LGBTQ+.
Aunque, una de las primeras empresas en salirse, este mismo año, fue la marca de vehículos para el campo John Deere, que dijo que ya no patrocinará eventos de "concienciación social o cultural". En un comunicado publicado en X , el fabricante de equipos agrícolas también dijo que auditaría todos los materiales de capacitación "para garantizar la ausencia de mensajes con motivación social" de conformidad con las leyes federales y locales.
John Deere, con sede en Moline, Illinois (EE.UU), agregó que "la existencia de cuotas de diversidad y la identificación de pronombres nunca han sido ni son una política de la empresa", y señaló que seguirá "siguiendo y promoviendo" la diversidad de la empresa, aunque sin dar más detalles.
Publicación de John Deere en X.
Un tiempo antes, el minorista Tractor Supply puso fin, también, a las "iniciativas de diversidad corporativa y climáticas". Por su parte, la empresa de bricolaje Lowe’s anunció que dejará de participar en las encuestas de la Campaña de Derechos Humanos (HRC), que evalúan la adhesión de las empresas a los "estándares de diversidad e inclusión". Así, al no participar más, Lowe’s no tendrá que revelar su "progreso" hacia el cumplimiento de las cuotas y objetivos de diversidad. La empresa ya no exigirá a los empleados que participen en eventos comunitarios relacionados con el orgullo ni que patrocinen dichos eventos.